1. Unas vacaciones con mi madre (P.3) Por la mañana en la playa


    Fecha: 01/05/2019, Categorías: Incesto Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos

    ... a la playa así! Le dijo sonriendo.
    
    - Contigo a mi lado, no me importa salir de cualquier manera! Dijo Luis atravesándola con la mirada.
    
    Elena se acordó de lo dulce y cálido que había sido con ella la noche anterior y la sensibilidad que había tenido para hacerla disfrutar. Pensó que ahora le tocaba a ella hacer que él disfrutara.
    
    - Ven, siéntate! Le dijo poniéndole una silla, y antes de que lo hiciera le bajó el bañador.
    
    Luis se quedó sorprendido, pero no dijo nada. Vio como su madre se quitaba el sujetador del bikini mirándole con ojos lascivos y sonrisa pícara. Después se inclinó agarrándose las tetas y con ellas envolvió su polla. Luis dio un respingo al sentir esa deliciosa carne abrazar su miembro. Elena sacó la lengua y comenzó a lamer el capullo mientras masajeaba la polla con sus tetas. Después de un buen rato de lamidas y masaje, abrió la boca y engulló el hinchado glande, lo succiono con suavidad varias veces, y avanzó con los labios pegados al tronco venoso. Los jadeos de Luis se hicieron rápidamente sonoros y Elena dio varias chupadas aumentando el ritmo. Al momento sintió un chorretón llenando su boca, seguido de otro y otro… Tragó un poco, pero la mayoría se desbordó entre sus labios cayendo por la barbilla. Se acabo sacando la polla de la boca con una leve tos.
    
    - Lo siento cielo! No me lo esperaba tan pronto y he perdido práctica!
    
    - Pero qué dices mamá! Ha sido genial!
    
    Elena sonrió mientras se limpiaba la cara del líquido denso.
    
    - La próxima vez será mejor! Dijo Elena.
    
    - Ahora si podemos ir a la playa! Jajaja! Rio finalmente.
    
    - Voy a ponerme otro bañador! Dijo Luis eufórico.
    
    Salieron atravesando el jardín y cruzaron la estrecha calle que separaba los chalets de la arena de la playa. Había poca gente y pudieron elegir una zona al lado del agua. Tendieron las toallas y se tumbaron sobre ellas. El cielo se veía de un azul intenso y el sol ya comenzaba a calentar. – Me das crema solar? – Por supuesto, mamá!
    
    Elena se tumbó boca abajo y Luis vertió un chorro sobre el centro de su espalda y comenzó a repartirla lentamente por toda la piel. Elena cerró los ojos y disfrutó de la frescura de la crema y del sobo de las manos de su hijo. Ahora notaba cómo se estimulaba su cuerpo al mínimo contacto. Luis vertió algo más sobre las piernas y volvió a repartirla lentamente con sus dos manos. Elena sentía como presionaba con suavidad sus muslos, y como llegaba con los dedos por la zona interior de ellos, después pasó al culo, tan solo cubierto con la fina tira de tela del tanga, que más que cubrirlo, se insertan entre los dos glúteos. Noto como la mano de su hijo se deleitaba pasando de una nalga a la otra. Le apretaba el culo y volvía a sobarlo bajando lentamente por los muslos. Elena pensaba lo que había cambiado su mente desde el día anterior, por la noche, en el restaurante, intentaba parar a su hijo y ahora el sobo que le estaba dando, no solamente le gustaba, sino más bien lo deseaba llegando a sentir una ...
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