Un niño criando otro niño: Cómo conocí a Pablo (parte I, la conquista)
Fecha: 05/08/2020,
Categorías:
Dominación / BDSM
Fetichismo
Gays
Autor: Hunter, Fuente: SexoSinTabues30
... necesitas algún trabajito, yo estoy construyendo unas cosas por aquí y siempre necesito algo de ayuda. ¿Por cierto, tú no tienes teléfono? – Yo no pero mi madre sí, y me dictó un número de memoria.
YA HABÍA DEJADO LA CARNADA PUESTA.
Un par de días después suena mi teléfono y es Ivancito. Lo llamo de vuelta y quedamos en conversar en el pueblo. Le dije: -Mira, para no perder mucho tiempo, trae ropa, fíjate que va a llover y por si acaso acá te doy hospedaje. Cuando lo recogí me di cuenta que era un chico más guapo de lo que parecía. Sólo necesitaba un poco de atención… Y yo estaba dispuesto a dársela.
Cuando llegamos a mi casa estaba todo oscuro, el aguacero había tirado un poste de electricidad y tuve que encender la linterna de mi celular. Le dije – Si quieres báñate y mañana hablamos con calma-
-Está bien señor, ¿dónde me acomodo?
-Bueno, ven y te muestro.
Lo puse en una habitación y me retiré a ducharme rápidamente. Me puse un bóxer y una camiseta cómoda y esperé escuchar la ducha. Nada. Me acerco a la habitación y me llama: – Señor Nelson, es que no «jayo» la pluma para abrir el agua. Me meto a la habitación y abro la llave del agua. Iván está sin camiseta y en calzoncillos. Uff, casi me desmayo. Un cuerpecito marcado por el trabajo de campo, pezoncitos rosados y totalmente lampiño, de hecho su cuerpo blanco relucía con mi linterna. El chico miraba al piso de vergüenza. Cuando abrí la llave el agua estaba súper fría y le dije, ahí tienes.
Salí y mi emoción crecía. Cuando escuché que había terminado de ducharse toco suavemente la puerta y lo llamo para darle sábanas limpias. Ahí me le acerco y le respiro muy cerca, – Oh, ahora si estamos olorosos!!! Se queda callado y le digo
– ¿Qué pasa? Tienes algo?
-Bueno, no señor, nada, tiene una casa muy bonita, ¿pero usted acaso vive acá solito?
-No siempre pero me gusta estar cómodo y con estas calores, es mejor no tener mucha ropa.
Me le quedé mirando fijamente y él no me sostuvo la mirada. La tensión se sentía en el aire, no era ningún inocente pero mi presencia le intimidaba. Miraba al piso y me le fui acercando hasta que estuve respirándole en la cara. Le subí el mentón y comencé a acariciarle el cabello suavemente pero con firmeza.
-Calma, calma, no vamos a hacer nada que no quieras.
-Esta bien señor, usted me va a ayudar, ¿cierto?
-Claaro papa, tú sólo déjate llevar y vas a ver que todo va a salir bien. Empecé a bajar mis manos por encima de su camiseta y hasta las nalguitas, una delicia, duras como piedras, pequeñas y formaditas. Iván temblaba pero se dejaba tocar. Lo fui acercando cada vez más hacia mí y podía sentir su olorcito adolescente, un chico que cumpliría apenas 18 en un par de semanas. Su cabello mojado era estupendo para meter los dedos.
Nos metimos en la cama y comencé a encuerarlo, poco a poco, mordisqueando sus tetillas, oliendo sus axilas peludas y podía sentir su verga larga y dura como una serpiente de piedra. No quise ser brusco ...