1. Tacones de altura


    Fecha: 30/07/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que aguanta mucho! - le digo sacando ese enorme cilindro brillante dándome golpecitos con él en la cara.
    
    - Recuerda que hasta que no me corra no habrás acabado de pagar tu deuda. - me recuerda sonriente.
    
    El cabrón parece muy seguro de tener que aguantar mientras yo sigo esmerándome en la mamada, hasta que vuelvo a notar su mano acariciando y estrujando mi teta derecha. Con mi lengua dibujo el glande haciendo círculos y jugando con su frenillo, lo que provoca un temblor inequívoco de placer, pero cuando su mano baja hasta mi culo y roza mi rajita, soy yo la que vuelve a gemir largamente. Ese cerdo está dándome un gusto extraordinario con sus dedazos de taxista. Me mete uno en la vagina y no se lo impido, tan solo le miro, saco su polla de mi boca y le sonrío.
    
    - ¿Te gusta, no? - me pregunta esperando ver mi reacción.
    
    - Esto es más de lo acordado. - le recuerdo.
    
    - Entonces ¿paro?
    
    - No, por favor, sigue.- le ruego y ni yo misma me creo estar accediendo a eso.
    
    Mi lengua hace círculos en su glande cuando noto su dedo meterse incesantemente en mi coño… hasta que lo saca y lanzo un largo suspiro, pero cuando intento reponerme, vuelve a meterlo una y otra vez, para luego abandonarlo durante más rato. Le miro sorprendida porque haya parado y entonces, tras sonreír cambia de agujero y me inserta su dedo en mi inexplorado ano. Al principio me quedo inmóvil y después de que mi esfínter se haga a ese dedo intruso, le permito que siga hurgando hasta dejarlo completamente metido. Un gemido sale de mi garganta y sé que ya no estoy pagando solamente el precio del viaje, sino que estoy viajando a un mundo diferente del placer. Ese hombre, además de tener una impresionante polla, es buenísimo dando placer al mismo tiempo que una se la chupa y su aguante es inédito para mí... Reconozco que mi marido no me hubiese durado ni cinco minutos con una mamada tan entregada como esta y ahora no sé el tiempo que llevo, pero más de diez veces de lo que hubiera podido aguantar mi esposo, seguramente...
    
    Ese taxista me sonríe porque sabe que estoy también entregada a sus caricias, cuando de pronto, su mano abandona mi culo y avanza por mis muslos dibujando mis piernas en toda su largura con la mirada primero y luego descubriendo la suavidad de mi piel con sus dedos. Se entretiene en los tobillos mirándome sonriente, mientras mi boca y me lengua me duelen de tanto chupársela.
    
    De pronto me quita un zapato y lo acerca a mi cara. Me muestra ese enorme tacón frente a mis ojos y vuelvo a sonreír, ya que esos zapatos están consiguiendo tantas cosas esta noche, que ni me lo hubiera creído en un principio. He conseguido ser feliz luciéndolos, encandilar a mi jefe, ser una atracción para todos y ahora este taxista fetichista que disfruta tanto con ello. Le noto ronronear mientras se la chupo y juega con el tacón y el cuero de mis nuevos zapatos que de vez en cuando pasa por mi frente, mi barbilla, mi nariz, mi cuello... De pronto me agarra por el moño y tira de mí ...
«12...121314...19»