1. La Historia de 100


    Fecha: 28/04/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Cien placer, Fuente: TodoRelatos

    Siempre me gustaron los hombres mayores, y desde muy pequeña eran un reto, si tenían un alto cargo, si eran profesores o mis jefes, gerentes de compañía o se veían inalcanzables, tenían mayor atractivo.
    
    Jamás soñe con tener relaciones formales, largas, duraderas e idealizables, lo mío era vivir el presente y disfrutar de cada bocado que la vida me daba.
    
    Así que empezaré a contarles como el sexo se convirtió en mi mayor placer, en aquello que para mí siempre sería la oportunidad de complacer mis instintos.
    
    Estuve rodeada de hombres, por lo que el porno, las revistas eróticas y Hentai, siempre hicieron parte de mi vida, verlo, leerlo y escucharlo a escondidas, excitaba cada vez más mi mente.
    
    Jugaba con mis amigos cercanos a rozar nuestros cuerpos, vernos desnudos y tocarnos, pero jamás fuimos capaces de hacer algo más.
    
    Por lo que mi cuerpo cada día tenia más curiosidad y deseo por sentir ser chupada, lamida y penetrada por una enorme verga, cómo las que veía en los vídeos y revistas.
    
    UNO/CIEN Mi despertar con el profesor de física
    
    Quería sentirme como la Lolita, la colegiala deseada.
    
    Cuerpo pequeño 1.50, tetas pequeñas, un culo redondito, piernas torneadas, color de piel dorada, ojos claros, labios carnosos, y con una capacidad Intelectual que desafiaba a más de uno. Lo último que me interesaba eran los hombres de mi edad.
    
    Fije mi primer reto, con el que haría realidad sentirme la colegiala porno y con quién gritará de placer. El profesor. Un hombre detestado por muchos, egocéntrico, pedante, soberbio, pero demasiado inteligente y enigmático.
    
    No era un hombre de atractivo físico, su inteligencia, su porte, me atraían, llegar a él era un desafío.
    
    Siempre sentí sus miradas sobre mi y su exaltación cada vez que cuestionaba sus ponencias.
    
    Así que comencé a coquetear más en clase, mirándolo fijamente mientras él estaba en frente, en ocasiones subía mi falda y tocaba mis piernas con dos dedos. Sentía cuánto le costaba sostener la mirada y continuar dictando su clase.
    
    Lo apoyé en varios proyectos, así que nuestra cercanía cada vez era mayor. Nos sentabamos juntos y yo rozaba con mis piernas las suyas. Hasta que un día no aguanto más, me dijo, usted me gusta... Yo solo sonreí y lo besé.
    
    Necesitábamos otro lugar, la atracción era demasiada, cambié mi ropa en el baño de una tienda y nos encontramos a la salida, en una esquina alejada, subimos a un taxi y rumbo a un motel.
    
    Era la primera vez que iría a un motel, la primera vez que estaría con un hombre, la primera vez que sentiría placer y no a causa de mis dedos. Tenía nervios, pero también ganas de sentir, unas ganas que palpitaban en mi chocho.
    
    No esperaba la primera vez de todas, romántica y soñadora. Esperaba una primera vez apasionada, llena de erotismo, tal vez un poco salvaje, así que mis expectativas eran muy altas. Salía con un hombre 10 años mayor que yo, seguro tendría todas las respuestas a mis deseos.
    
    Entré al lugar con un poco de pena, pero con ...
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