Dormida - Relatos Eróticos

Dormida

... huéspedes junto a la de Alan mientras todos se fueron a descansar yo esperé pacientemente 40 minutos talvez más, imaginando mi cara en el sexo de Elena . Subí y con el pretexto de ver la salud de mi hermana entré a su cuarto y efectivamente estaba perdida de sueño. Pasé a ver a Alan y era igual.

Cuando entré al cuarto de Elena la llamé pero no respondió, me metí y la vi recostada boca abajo con una pijama a juego de short y playera blancos. Le toqué las piernas y no respondió encendí la luz de la mesita de noche, le di la vuelta y vi que estaba durmiendo muy a gusto, que no tenía sostén y su cabello humedecio su playera por que veía sus tetas, le bajé el short y la ropa interior, estaba depilada umm gemi, le levanté la playera y le lamí los senos, me quité el toda la ropa. Puse mi miembro en su cara y lo metí a su boca, lo estuve pasando por todo su rostro mientras le tocaba todo el cuerpo. Decidí lamer su sexo mientras masajeaba sus tetas y ella gemía bajito, al parecer si sentía placer. La extendí bien sobre la cama y frotaba mi miebro en su entrada, ella parecía disfrutarlo, talvez Alan no lo tenía tan grueso como yo. Decidí meter mi miembro ya que estaba tan lubricada la zorrita, y de un empujon lo metí hasta la base entonces gimio más fuerte, la tomé de las caderas y bombeaba mientras veía sus tetitas rebotando y ella gimiendo y sudando, yo estaba a mil viendo a esa chiquilla gozando aun dormida. Le di la vuelta gimio en protesta cuando saque mi miembro la zorrita y puse una almohada debajo de su vientre y le abrí las piernas. Le tome el cabello con fuerza hacia atras y la monté, ella gemía un poco más alto, yo la embestía con fuerza mientras me veía en el espejo tocador, oh si ella debajo gimiendo y gozando con la boca abierta, estuve en esa posicion durante un largo tiempo, metiendo y sacando oyendo sus jugos y mis bolas chocando en su trasero. La puse sobre su estomago en la orilla de la cama y me inqué detras, la volvi a meter duro mientras ella se corría, disfrutando una buena cojida aun dormida. Yo la tomé del cabelloy seguí embistiendo mientras lamia su oreja y yo gemia fuerte, ella estaba tan mojada y gemia.

La cambié de frente y le di otra ronda de embestidas mientras lamia sus pezones duros hasta que me corrí. La vestí y la dejé durmiendo, me fuí a mi cuarto.

A la mañana siguiente mi hermana estaba contratando a alguien para hacer la comida, los chicos estaban en la sala, y Elena decía que probablemente no se debío bañar tan tarde anoche al parecer se resfrió, le dolia la espalda, el cuello y la cabeza perocuando le pregunté si descansó bien ella me dijo que sí, que durmió muy bien. Yo aún tenía pastillas y me iba a divertir ese fin de semana.