Siempre hay que visitar los locales nuevos - Relatos Eróticos

Siempre hay que visitar los locales nuevos

... allí, así que me bajé los pantalones, me masturbé hasta tener el miembro duro y lo introduje por uno de los agujeros. Inmediatamente una boca empezó a felarme el miembro, casi me corro al segundo de la excitación. Quien fuera que me la estuviera chupando sabía lo que hacía, qué placer. Me encaba notar sus dientes arañar mi piel y como su lengua jugaba con mis testículos.

Hubo un momento en el que dejó de chuparme la polla para jalármela con la mano.

-¿Quieres correrte dentro de mí? Se escuchó desde el otro lado de la pared.

-¿Cómo? Dije entre gemidos.

-Podemos pasar al cuarto de al lado y terminar con tu polla metida en mi vagina.

Aquellas palabras subieron mis pulsaciones, si accedía a eso ya sería algo más grabe para explicarle a Belén en caso de que Alex le contara algo.

Lo medité durante unos minutos y finalmente accedí, al final si alguien tenía la culpa de que estuviera allí era de Belén.

Salí de la habitación y abrí la puerta de la sala de al lado, todo estaba completamente a oscuras. Dude en entrar, pero desde el fondo de la oscuridad varias voces me decían que entrara y cerrase la puerta.

Todo estaba completamente oscuro, no veía nada. Sin embargo podía escuchar cómo gente a mi alrededor follaban entre ellos, era un cuarto oscuro. No sabía adónde ir cuando de repente me abordó una persona poniéndome las manos sobre mis hombros.

Esta me dio un beso en la oreja, me comió la boca y fue bajando hasta volver a devorarme la polla, era la chica de antes.

Quise bajar mi mano para tocar su sexo y masturbarla pero me lo impidió apartándola. Noté como una especie de plástico recubría mi polla, se trataba de un condón. La chica se puso de pie y me susurro en un tono familiar, fóllame por favor.

Se puso de espalda a mí dejando su culo sobre mi polla. Le levanté una de las piernas y una vez que coloqué mi polla sobre su vagina, la penetré. La chica saltaba un gemido cada vez que notaba como mi polla entraba y salía de ella.

Seguimos así durante unos minutos hasta que se apartó de mí, retiró el condón y me dijera que siguiera.

En otro caso me habría replanteado las miles de ETS que podría suponerme follar sin condón, pero estaba tan cachondo que me la sudó completamente. Se la metí de nuevo y dos segundos después nos corrimos.

-Quiero verte la cara y quedar otro día me dijo ella, ¿vamos fuera?

Mientras intentaba recuperar la respiración le dije que sí. Sin embargo, la realidad fue muy diferente cuando al salir me di cuenta de que esa chica era mi novia Belén.

Espero que te haya gustado el relato. Acabo de publicar mi primer libro y me gustaría mostrároslo.

El libro se llama ¿Follas cómo quieres o como dicen?

Está disponible en Amazon kindle y en Amazon. Si ponéis el título en la web os aparecerá. A continuación os dejo el prólogo para que veáis de qué trata.

Espero que os guste ^^

Sinopsis

Un vibrador en el antiguo Egipto, follar sin tocarse, el pecado mortal a través del sexo.

Este ...