1. Siempre hay que visitar los locales nuevos


    Fecha: 26/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Alberto, Fuente: TodoRelatos

    El viernes pasado quedé con Alex, hacía meses que no nos veíamos, concretamente desde que se fue a estudiar al extranjero. Quedamos la tarde siguiente de que llegara a España.
    
    Me gustó mucho cuando nos encontramos y nos abrazamos con gran fuerza. Cuando nuestros cuerpos se separaron vi que tenía una herida en su cuello, era un chupetón.
    
    -No llevas ni dos días en España y ya llevas marcas de guerra, le dije bromeando.
    
    -No te lo vas a creer, pero al lado de mi casa han abierto un local.
    
    -¿Y? respondí sin importarme mucho la información.
    
    -No es un local corriente, es un lugar de encuentros sexuales.
    
    -¿¡Cómo!? Dije ahora con gran interés.
    
    -Como lo oyes, entré ayer a tomarme algo con mi primo y cuando nos dimos cuenta estábamos participando en una orgía.
    
    -Me estás vacilando, añadí.
    
    -No, te lo digo de verdad, tenemos que ir esta noche.
    
    -Alex, sabes de sobra que estoy saliendo con Belén, no puedo ir.
    
    -¿Ves? Me has dicho que no puedes, no que no quieras. Lo que sucede allí, allí se queda. Juro no contarle nada a Belén.
    
    En ese momento m conciencia me decía que no, pero Belén llevaba un tiempo muy rara y no follábamos tanto como antes. Por lo que si iba y me hacían una paja tampoco pasaría nada.
    
    -Vamos, pero júrame que no dirás nada, insistí.
    
    Alex levantó la palma de su mano y asintió con la cabeza.
    
    Cuando llegamos el sitio parecía cerrado, pero no, esa era la impresión que querían dar. Alex llamó a un timbre que había escondido en uno de los laterales de la puerta y segundos más tarde nos dejaron pasar.
    
    El sitio era de lo más moderno y lujoso que os pudierais imaginar. No entiendo como un sitio así podía existir en mi ciudad.
    
    -Adónde vam…antes de acabar la frase me di cuenta de que estaba solo. A lo lejos, sobre uno de los sofás, Alex intentaba absorber de los pechos de una chica el champán que ella misma se vertía. Quise ir con él pero después de ver cómo le bajaban la bragueta y le comían la polla pensé que era mejor que disfrutase él solo del momento.
    
    Eché otro vistazo a la sala y me llamo la atención el pasillo del fondo. Este estaba inundado por una luz roja que no dejaba paso a otro color. Un portero custodiaba la entrada al espacio.
    
    -¿Quieres pasar? Me preguntó con voz y rostro serio.
    
    -¿Puedo?
    
    -Solo si estás dispuesto a follar con quien se te cruce.
    
    -Aquella frase resonó en mí hasta el punto de empalmarme delante de él.
    
    El portero se dio cuenta de lo que sucedía entre mis pantalones y me dejó pasar. Atravesé el pasillo hasta llegar al fondo, a los lados había un montón de puertas. Sin saber cuál escoger me decidí por una que tenía un cartel de “no pienses”. Entré y me di cuenta que la pared estaba llena de agujeros, era una sala de blow Jobs.
    
    No supe qué hacer, si quedarme o irme, no me gustaba la idea de que me lo pudiera chupar cualquier persona. Sin embargo, en ese momento me acordé de lo que ponía en la puerta “no pienses”.
    
    Miré por toda la sala y era el único que había ...
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