1. Un sueño cumplido


    Fecha: 23/04/2019, Categorías: Hetero Infidelidad Autor: Ber_El, Fuente: SexoSinTabues30

    ... semen.
    
    Después se colocó en posición de 69 para chuparme el pene y los huevos a su antojo, y yo probé el atole que ella me prometió hacer para mí. El sabor de su vulva era como degustar un caviar fuerte, y el olor tenía un ligero parecido a una sopa de mariscos. ¡Con razón su esposo decía que ella sabía a puta! No cabía duda que entre su marido y su amante le vaciaban su amor dos o más veces al día. Por si fuera poco, me tocó degustar las ordeñadas que le dio a su marido de viernes al domingo, salpicándose con leche por todas partes y sin bañarse, así se lo pedí, tal como lo hace para Bernabé.
    
    Mar chupa muy bien, pero no dejé que me ordeñara en su boca, quería darle mi ser en la leche que le vaciara, tanto por la raja delantera como por atrás. Mi lengua le limpió las nalgas, el culo y la panocha, lo cual ella lo agradecía con gritos y gemidos acompañados de más líquido para mi boca.
    
    La mayor parte de las fotos que le tomé de ella son de una borracha o enferma de amor lamiendo la botella, acariciándome la verga y los testículos con sus mejillas.
    
    En un descanso, fui por mi maleta y extraje un regalo que le había comprado: una pulsera de oro para el pie, pero el dije que tenía en forma de corazón se parecía más a un par de ovoides. Claro que era una alusión a lo que le gustaba de mí. Se lo puse. “Qué bonito, Ber, el corazón se parece a ti”, dijo tomando mis huevos. De las dos horas y media de ese día, al menos una estuvo dedicada a mis huevos. Y no es que yo los tuviese tan bonitos, pero ella se había obsesionado con mi escroto, lo estiraba, me replegaba los testículos hacia el interior de mi cuerpo, y apreciaba las estrías luego los sacaba de las oquedades y los envolvía ceñidamente en la bolsa.
    
    –¡Eres muy hermosa, Mar! Incitas a amarte de todas las maneras imaginables –le dije mientras ella estaba de pie y yo la inclinaba hacia la cama para cogérmela de perrito (infaltable para hacerla feliz)–. ¡Qué lindas nalgas tienes, mamacita…! –exclamé al tiempo que le hundía la verga hasta que golpearon mis huevos.
    
    –¡Siempre me dicen lo mismo cuando me cogen así, me la voy a creer! –dijo moviendo circularmente el culo.
    
    Aunque sólo tres nos la habíamos cogido así hasta este día, la imagen que Mar presenta de nalgas con la verga tiesa para entrar y jalándola de las caderas con la intención de acercar ese voluptuoso cuerpo para penetrarla… ¡Qué otra cosa podría decir quien está a punto de cogérsela! La sacudí con ritmo y mucha enjundia, tanta, que gritó al venirse y se quedó descansando como “trapo mojado”.
    
    Mientras veía cómo su costillar se expandía y contraía en el descanso del cansancio que le había provocado su exquisita putez, me atrajo su culo, que parecía hacerme guiños y le metí la lengua hasta donde pude. Ya que se repuso, ella notó que no me vine por estar haciéndola sentir la felicidad y que la dejé reposar, en lugar de seguírmela cogiendo hasta venirme yo también.
    
    –Ya se me está acabando el tiempo para coger fuera de casa. ...