1. La confortación de Giulia.


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ¡Hola a todos y todas!
    
    Me presentaré de nuevo, soy Giulia, hace un tiempito escribí un relato de mi aventura con Ringo, el pastor alemán de mi queridísima amiga Verónica, el cual me hizo probar las delicias de la zoofilia, me gusto todo lo que sucedió con Ringo y me decidí a buscar mi propia mascota, Verónica insistía que tenía que ser un pastor, pero yo me había empecinado en buscar un Retriver, así fue como encontré finalmente a Samuel, al cual llamaremos Sam.
    
    Sam es un Labrador Retriver de color chocolate, si antes era adicta al chocolate, ahora lo soy más aún. Bueno, él es un joven ejemplar de nueve meses, fue amor a primera vista, es tan dulce que hasta la panocha se me derrite cuando me lame la mano.
    
    Me dijeron que todavía no estaba maduro como para cruzarlo, que debería esperar al menos de cuatro a seis meses, así que siguiendo las recomendaciones de las varias guías que encontré en la web, me dedique a entrenarlo y que se acostumbrara a mí, a mis caricias, a mi desnudez y todas esas cachondeces, era como poder preparar al amante perfecto e ideal, estaba siempre excitada pensando a nuestros futuros encuentros, me enamoré y me dedique a él todo el tiempo que pude.
    
    Sam pronto se acostumbró a mí, jugábamos todos los días y no paraba de aprender cosas junto a él, había diseminado juguetes por todo el departamento y se había encaprichado con un peluche de elefante que llevaba a todos sus lugares predilectos, él tenía su cucha, pero a veces yo le permitía de quedarse sobre mi cama y dormía junto a mí, en la mañana temprano lo sacaba al parque a trotar y que hiciese sus necesidades y también por las tardes teníamos una rutina similar, esto me ayudaba a mí a estar en forma estupenda, mi nalgas paraditas y duras, en resumen, un excelente estado físico, pero habían otras cosas que ocupaban mis pensamientos.
    
    En la tarde, cada vez que regresábamos a casa yo me duchaba y él en el baño conmigo, muchas veces se metía en la vasca de baño, a veces sorpresivamente, así que una vez que se había mojado, yo procedía a bañarlo, me excitaba mucho enjabonar su barriguita y acercarme a la zona de sus genitales, invariablemente terminaba tan caliente y mojada que debía masturbarme mientras él lengüeteaba mis manos, mis senos, mi cara y me hacía cariñitos que me encendían hasta correrme como una putilla y quedar exhausta, pero él así chiquito no atinaba sexualmente a nada, la caliente era solo yo.
    
    Casi al cumplir los dieciocho meses, una mañana antes de irme a la oficina, mi querido Sam estaba cerca del diván con su peluche de elefante y lo estaba montando cómo si se lo quisiera follar, el derrame en mi chocho empezó espontaneo e instantáneo, como si hubiesen abierto una fontana, desafortunadamente me tenía que ir a la oficina y pensé que lo mejor sería esperar a la tarde cuando volviera del trabajo, me fui corriendo al baño y me puse un támpax para bloquear mi anegada conchita, cuando caminaba mi chocho trepidaba y mi cabeza no hacía más que ...
«1234...7»