Despedida e inicio (parte 2) - Relatos Eróticos

Despedida e inicio (parte 2)

Hummm, qué gusto de agua, qué pereza moverse para coger la toalla pensó y de repente, una luz en la mente le hizo sonreir, ya no tenía que hacerlo, ahora bastaba con ordenarlo..

-Lucía, ven aquí inmediatamente - dijo mientras agitaba una pequeña campanilla que había en el baño.

Apenas unos segundos después Lucía abrió la puerta entornada del baño y entró y se arrodilló frente a la gran bañera.

-¿Llamaba mi Ama?

-Si, acércame el albornoz esclava – dijo mientras se acariciaba una pierna enjabonada

-Si, mi Ama- Se levantó del suelo y cogió el albornoz de la percha que estaba tras ella y lo sostuvo en alto para que su Señora introdujera sus brazos en las mangas del mismo. Se alzó en la bañera y el agua y la espuma del jabón resbalaron sobre su cuerpo

La calidez del grueso algodón la envolvió y se sintió mullida entre sus pliegues..

-De rodillas, esclava, sécame los pies... ¡vamos!

La muchacha se postró inmediatamente y se afanó con una toalla de tocador en secar los pies de su dueña. Ahora mismo todo era nuevo para ella y trataba de complacer a su nueva Ama. El empeño hizo que distrajese su atención un segundo y enganchase el borde la toalla con el dedo pequeño del pie de la señora...

-Auhhh, qué haces idiota?

-perdón, perdón, Señora, perdón, ha sido sin querer...-balbuceó la criada.

-Sin querer?, Dame mi zapatilla. –dijo mientras alargaba una mano señalando al suelo.

-Si Ama, perdóneme...- susurró la muchacha mientras le acercaba la zapatilla negra a su mano.

-Claro que te perdono, tonta – dijo mientras la suela de la zapatilla impactaba contra la cara de la chica.... plassss, plasss, plasss Ves? Ya estamos en paz. Ahora bésala y dame las gracias por corregirte –dijo mientras ponía la zapatilla de nuevo a la altura de los ojos de la arrodillada sirvienta.

-Muuac, gracias mi Ama –dijo susurrando la muchacha mientras depositaba un beso sobre la zapatilla y una lagrima resbalaba por su mejilla ardiente por los azotes.

Lanzó la zapatilla al suelo y con un gesto displicente de la mano ordenó:

-Cálzamelas.

Lucía se postró como un rayo y cogió las zapatillas y calzó a su dueña sin demora. Ya había tenido una muestra de cómo se las gastaba su nueva Dueña y no quería recibir de nuevo otro aprendizaje.

-Bien, vamos a vestirme, esclava. ¿Ya está listo mi café? – dijo mientras andaba y la criada se levantaba e iba tras ella.

-Aún no, mi Ama, estaba esperando a que estuviera sentada en la terraza para que no se le enfriara – dijo temerosa la chica mientras miraba al suelo temerosa.

-Perfecto, veo que no eres tan idiota como has demostrado antes. Sin embargo creo que debemos tener en cuenta tus faltas para corregirte al final de cada día. Hoy ya he corregido tu torpeza, pero tu falta de educación entrando sin pedir permiso antes no puede quedar sin castigo. Recuérdamelo al final de tu jornada o habrá castigo doble. ¿estás de acuerdo?--- dijo rompiendo a reír...- como si tu opinión importara, ...