1. La iniciación


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Indudablemente eran los nervios, pero a pesar de todo, ella seguía para adelante. No sabía para donde iba pero le gustaba la intriga. Para parar un poco la pelota, nos quedamos un ratito en el balcón tomando aire y disfrutando de la vista. Me puse detrás de Vane, mirando hacia el rió y la apoye un poquito, ella suspiro profundamente y me acomodó su colita mejor, comencé a morderle suavemente su cuello. A estas alturas, Alejandro ya no podía consigo mismo. Se le caía la baba al vernos besar y ya no podía sacarle los ojos de encima a Vane, que era toda una maquina de sensualidad. Estaba en una situación difícil, puesto que todo era muy natural, sin exageración, y nadie le había dado lugar hasta ahora, encima Vanessa, era la mujer de su comandante, o jefe.
    
    Le pedí que nos siguiera mostrando el departamento. Vane y yo seguíamos caminado abrazaditos besándonos. Fuimos a ver un dormitorio chico, el toilet y el estudio. Allí Vane vio un equipo mini componente y puso algo de música. El aire ya se cortaba con un cuchillo, todos estábamos excitados pero nadie insinuaba nada. Nosotros todavía estábamos con el uniforme puesto, no se si hacia mucho calor o era la calentura que tenia. Vane me quito el saco y me empezó a sacar la corbata en una forma muy sensual al compás de la música que estaba sonando. Alejandro se quito su saco y también la corbata. Se abrió 3 botones de la camisa y Vane percibió que tenia muchos pelos en el pecho como a ella le gusta.
    
    Estaban todas las cartas tiradas sobre la mesa. Solo faltaba arrojar la primera piedra. Hacia un costado del estudio, salía un pasillo y le pregunté hacia adonde iba. Ale me respondió que hacia el dormitorio principal. Agarré a Vane de la mano y hacia allí fui.
    
    El dormitorio principal era muy bonito y estaba muy bien decorado. Al entrar, Vane grito de alegría que todo el departamento era muy lindo, estaba muy contenta. Se sentó en el borde de la cama a rebotar, yo me senté a su lado y como jugando me tiré encima de ella. Nos empezamos a besar efusivamente dando vuelta en la cama como ignorando que Alejandro estaba allí y que esa era su cama. Siempre con los ojos cerrados y besándonos con la boca muy abierta y mucha saliva, no incorporamos y empecé a levantarle la remerita. Apenas asomó un pezón muy duro y parado, lo empecé a chupar, jugando con mi lengua. Alejandro, ya resignado, dio media vuelta y salió del cuarto para dejarnos solos. En ese instante, suave pero enérgicamente le dije que se sentara en un sillón que había frente a la cama. Sin titubear obedeció y se sentó calladito. Nuestro ritmo cardiaco seguía a mil, seguí subiéndole un poco más la remera y ya quedaron las dos tetas afuera. Las seguí chupando y besando suavemente, creando una manto de baba alrededor. Le empecé a pasar la lengua por sus axilas bien suaves y a cada tanto le daba mordiscos en los pezones. Vane que ya jadeaba en vos alta, apoyó su mano en mi bulto y empezó a bajarme el cierre mientras abría los ojos esporádicamente y lo ...
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