1. Encuentro con Bigman


    Fecha: 23/04/2019, Categorías: Sexo Virtual Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poco de vergüenza. Yo ya estaba más interesada en su herramienta que en su seriedad.
    
    Cuando le quité su ropa interior me quedé pasmada. Frente a mí estaba el bicho más grande que he visto en mi vida. Y no solo grande por lo largo, sino por lo ancho que era. De hecho pensé que no iba a poder empujarme todo eso dentro de mi chochito. Pensé para mis adentros “Bueno hambrienta aquí tienes para comer y hartarte”.
    
    Baje mi boca para besar esa hermosura. Inicié un trabajo de boca como nunca antes había hecho. Le di lametazos, lo mordí, lo halé, lo chupe.... hice todo lo que una mujer dice que haría si se encuentra con un monumento como ese. Lo más que disfrutaba a cada chupada que le daba eran las gotas de fluido preseminal que brotaban de su punta. Era tanto el liqueo de Bigman que parecía que estaba viniéndose en mi boca; estaba súper excitada y seguia chupándole esa hermosura que Dios le había dado por bicho. Intente meterlo todo en mi boca pero al bajar hasta la mitad ya lo sentía en la garganta.
    
    Bigman me decía: “Detente, me gusta, me vas ha hacer a hacer venir y no quiero todavía. Déjame comerte ese coñito para que también tú disfrutes”. No tuvo que repetirlo. Ya estaba segura que mi tarde iba a ser mucho mejor de lo que esperaba. Deje que me quitara la ropa y me tendí en la cama. Él separó mis piernas y metió su cabeza entre ellas. Sentí su aliento caliente y su lengua húmeda cuando recorría mis labios y sus dedos exploraban la entrada de mi túnel. Empezó con timidez y poco a poco, pero cuando empecé a gemir de gusto, comenzó a hacer los movimientos con su lengua más rápidos, me lamía, halaba, mordía, chupaba, lo que sentía era indescriptible. Su lengua penetraba en mi túnel una y otra vez volviéndome loca de placer. Llegué al punto sin regreso y dentro de mí crecía el deseo de explotar. Oleadas de placer me recorrían de pies a cabeza y .... exploté.
    
    Me sentía mareada de placer. En ese momento Bigman se salió de entre mis piernas y se colocó en posición de penetrarme. Le dije: “Suave, esa herramienta tuya es grande”. Primero colocó la punta roja, palpitante y húmeda de esa maravillosa herramienta justamente en la entrada de mi vagina. Frotó suavemente la entrada como asegurándose de que estuviera lo suficientemente lubricada y.... empujó, sentí como entraba esa gran masa de carne dentro de mí. Le dije no te muevas por favor, espera en lo que mi túnel se ajusta a ti. Esperamos un momento y luego empezó con el vaivén ya tan conocido. Lo que lo hacia diferente era que cada vez que Bigman empujaba esa gran masa de carne dentro de mí. Sentía que me llegaba al ombligo y que no cabía ni un pensamiento dentro de mi vagina. Así estuvimos un rato con el placer que sentía me vine dos o tres veces más y sentía que e moría de gusto.
    
    Bigman cada vez dejaba de bombear, me decía: “ Puñeta que rico, si sigo me vengo. Ya no aguanto más”. Le dije: “ Vente, quiero sentir tu leche dentro de mí, anda lléname.” A esta orden comenzó a meter y a sacar como ...