1. Cumpliendo un sueño con mi excompañera de oficina


    Fecha: 23/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Desde que me separé de mi mujer, he decidido intentar hacer realidad esa variedad de sueños húmedos que se van cosechando durante tantos años de monogamia aburrida.
    
    Hace un par de meses pude disfrutar con todos los sentidos de uno de los que más me excitaba...y la experiencia fue mejor de lo soñado.
    
    Se trata de una ex compañera de mi antigua oficina. Cuando trabajábamos allí los dos, yo solía bajar con ella a desayunar y al final, le cogí ese gustillo y ese morbo que se produce con la cercanía. Ella tiene cuarenta y pocos años, dos hijos, la típica mamá; físicamente deliciosa para mi, bajita, morena, caderas anchas y piernas redondas, con un culo amplio, unas tetas pequeñas y unos labios preciosos.
    
    Un día, hablando con una compañera más joven y conmigo, salió el tema de la depilación y acabaron diciendo, de la manera más natural, como llevaba cada una el pubis: la joven dijo que iba rasurada por completo y mi querida cuarentona...literalmente dijo: uffff pues yo me podría hacer trenzas, jajajja!... por poco me da algo...a mi, amante de las mujeres naturales en toda la extensión de la palabra. Ahí caí en la cuenta de tantas veces que, tomando nuestro desayuno en verano, con sus camisas sin mangas, podía ver sus axilas siempre “mal” rasuradas y con vello incipiente, típico de mujeres con mil cosas que hacer antes que estar todo el día con la maquinilla. Lo que más me pone del mundo, por otro lado.
    
    Desde entonces, ya no podía mirarla sin desearla, olisquearla, masturbarme pensando en ese coñazo muy peludo…
    
    Siempre que podía, le tiraba indirectas o directamente, riéndonos, le soltaba cuando me criticaba a su marido: si es que yo estoy igual, nos teníamos que ir a un hotel tú y yo a desfogarnos!...y siempre me decía: anda calla, salido, capaz serías!
    
    Total, que al final, nunca hicimos nada, yo me fui de la empresa, ella también, aún así quedábamos un par de veces al año a comer(siempre le echaba un ojo disimulado a sus deliciosas axilas...jajaj).
    
    La última vez que quedamos le conté lo de mi separacion y ella su aburrimiento perpetuo de su marido...pero algo cambió...y empezamos a mandarnos cada vez más mensajes de whassapp, yo siempre giraba las conversaciones a temas sexuales y poco a poco ella se iba confesando sobre su aburrimiento en la cama, sus fantasías, le sacaba confesiones sobre si se depilaba y...seguía natural totalmente, “pasaba de la maquinilla”
    
    Al final, un día caluroso de estos otoños madrileños raros, quedamos a tomar una caña por el centro después de trabajar y todo se precipitó. Yo ya iba a saco, ella se tomó tres cervezas y empezó a decir que no follaba desde hace tiempo, y yo a decirle que siempre me había excitado desde aquella confesión sobre su pelambrera pubica...ella pegó un respingo, le cambio el gesto y me miró fijamente con una sonrisita en la boca: pues te encantaría como lo tengo ahora...Me levanté lentamente y le meti un morreo de los que hacen época...me separó la cabeza y me dijo: qué suerte ...
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