1. Mi amante cánido parte 5


    Fecha: 26/04/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Samy, Fuente: TodoRelatos

    Hola me llamo Samara tengo 46 años y soy de un pueblito de España, soy bajita 1.68, peso 75kg, tengo los ojos marrones, pelo lacio por los hombros y de tez clara.
    
    Fue un día dentro de lo normal, desayuné con mi macho, por supuesto él antes que yo y empecé a hacer mis quehaceres. Mientras estaba en la cocina, se me vino a la cabeza “si él es mi macho… ¿por qué no convertirme en una verdadera perra? Con su collar, a cuatro dispuesta a ser montada por su macho a placer. Estuve pensando toda la mañana en eso, me daba morbo, pero a la vez me veía ridícula, pues me iba a sentir estúpida, sé que soy humana pero deseaba ser perra, su perra. Pero no sé mis queridos lectores, podía estar siendo ridícula pero llegados a este punto que traspasé varias líneas que la sociedad marca como rojas, ¿por qué parar ahora?, es decir, no sólo perdí la autoridad de para-con mi perro, si no que él manda sobre mí, y va más allá me monta cual una perra más, como si me viera como igual pero con su jerarquía, obviamente él el alfa y yo su perra, su objeto, su esclava sexual, y si es así así tendría que ser pienso yo.
    
    Sinceramente me armé de valor, si se puede llamar así, pues aun sabiendo que iba a ser una compra normal para una “mascota”, esa mascota iba a ser yo. Salí de casa a una tienda que hay en la ciudad muy grande que venden de todo para mascotas, compré una cama de perros grande, un collar rojo con brillantes que ponía Samy (mi nombre en diminutivo), galletas para perros, comida, un cuenco para el agua y otro para la comida con mi nombre de perra. Llegué a casa y Danko se abalanzó sobre mí al verme como siempre y yo, dejando la compra en la entrada le correspondí devolviéndole los besos y lametones en la lengua. La verdad que al ver a mi macho así me encendió pero debía contrólame pues mi macho debía, si él deseaba, poseer a su perra, pero su perra de verdad, no su dueña puesta a cuatro. Pues en la intimidad, dentro de lo que sería mi vida cotidiana, sería una perra más, juguetes, tumbarme en la cama, comida y bebida en cuenco… y cuando él quisiera sexo al más estilo animal.
    
    Me preparé mentalmente si de verdad iba a dar ese paso, si de verdad estaba preparada, muchos lectores pensaréis que es una tontería pero para mí no lo era pues por momentos iba a dejar de ser “humana” pasa ser totalmente una perra. Al fin me convencí de dar el paso, me desnudé, preparé mi cuenco con mi comida y mi agua y ya de paso serví a mi macho, él me miraba extraño pero contento. Me desvestí, me puse mi collar y tras mirarme por última vez a “aquella humana en el espejo” me puse a cuatro y fui así al salón. Os tengo que contar que me sentía ridícula pero a la vez orgulloso y excitada, así pues fui a reencontrarme con mi macho.
    
    Él me miró raro, con curiosidad pero extrañado, poco a poco fui acercándome a él, a cuatro hasta estar frente a frente y mirarle y verme reflejada en sus pupilas, me veía bien y creo que él una vez entendido el mensaje también le gustaba. Me sorprendí ...
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