Primer contacto con lombrices - Relatos Eróticos

Primer contacto con lombrices

Si perros y caballos no eran suficientes, ahora mi amiga Ana de un paso bastante más asqueroso.

Ana no tiene límites. una de las calurosas tardes de verano en Alicante que no teníamos nada que hacer de repente se levantó del sofá y dijo: -“Voy a bajar un momento, ahora subo”- Todas nos miramos con cara de circunstancias, ¿para qué iba a salir a las 15:30 de la tarde con la plomada que caía…? Creíamos que bajaría a la piscina, pero llevaba ropa de calle normal.

Al cabo de 10 minutos ya estaba otra vez arriba. Traía consigo una bolsa de la tienda de artículos de pesca que hay en un local de los bajos del apartamento. Cuando abrió la bolsa y sacó el contenido se me revolvieron las tripas. Llevaba una canutillo de esos de papel de periódico llenos hasta arriba de Lombrices.

Se dirigió a su habitación a recoger unos “juguetes” y volvió a sala con nosotras.

Ahora traía con ella: un rodillo vibrador, una pinza de esas que te dilatan el coño y sus nuevos amigos.

Se desnudó de cintura para abajo, dejando a la vista su gordo y algo peludo coño. Se tumbo en una alfombra en el suelo, y alzo la piernas y levanto las caderas. Se introdujo la pinza de dilatación y poco a poco la iba ajustando hasta dejar su coño abierto de par en par.

Ahora viene lo realmente grotesco y perturbador: Le pidió ayuda a su buena amiga Alba, le dijo que agarra el canutillo y fuera vertiendo poco a poco todas las lombrices en el interior de su vagina. – No pude evitar dar alguna arcada, aquello estaba siendo demasiado para mi – Pero para Alba por lo visto no, incluso parecía que lo estaba disfrutando.

Con cuidado, cuando ya tenía todos aquellos asquerosos bichos en su interior, se sacó la pinza dilatadora, y poco a poco su vagina fue volviendo a su tamaño normal. Dejando a todas las lombrices atrapadas en su interior…

Aquellos bichos debían de estar dándole un placer enorme, Ana no dejaba de retorcerse de placer, al mismo tiempo que frotaba su clítoris.

Luego para colmo agarro su rodillo vibrador y, directo al clítoris también. Literalmente daba botes del gusto. Ponía los ojos en blanco y no dejaba de gimotear. La vagina se estaba mojando de cada vez más.

El remate fue cuando comenzó a pegar espasmos, le estaba viniendo un orgasmo monumental. Soltó el rodillo y comenzó a frotar el clítoris con mucha furia. De repente su coño comenzó a soltar chorros de Squirt por todos lados, por lo menos conté 4 o 5 chorrazos.

Pero ahí no quedo todo, el fin de “fiesta” fue todavía más asqueroso si cabe: El coño de Ana empezó a expandirse y contraerse. Y de repente como si de un vomito se tratase la boca de su vagina se abrió y empezaron a escurrirse fuera las lombrices…

Eso fue demasiado para mí, esa fue la ultima imagen que vi antes de salir corriendo al baño a vomitar.

Y este fue el primer contacto (y espero que sea el ultimo) con lombrices.

FIN.