1. Cita a ciegas nada convencional -parte2


    Fecha: 01/02/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Arantxa, Fuente: TodoRelatos

    Ella estaba en medio de la cama, su perfil dibujado por el leve resplandor de las velas. Su pelo amarrado en una cola alta, antifaz gris que le privaba de visión, tacones rojos de aguja con correa alrededor de sus tobillos y las manos amarradas al cabecero, con esposas de piel blancas. Entre las piernas, a la altura de los tobillos, un extensor que no dejaba que las juntara.
    
    Él y yo la veíamos absortos. Ella se veía ansiosa y caliente, de hecho un brillo húmedo entre sus dos piernas anticipaba un grado de humedad inesperado. Adicionalmente, alcancé a vislumbrar algo brillante a la altura de su cola, como si tuviese alojada una piedra redonda y brillante en su culo; luego descubriría que eso era un plug anal.
    
    Lo miré a él, y me hizo un gesto inequívoco de seguir adelante.
    
    Me acerqué a ella, la examine. Como no podía verme, no supo que le devoré con la mirada. Pase mi mano por su pelo amarrado, acaricié su cuello, su cara, sus brazos y sus hombros. Ella se removía ansiosa.
    
    Él se acercó y vertió aceite de masaje justo en medio de sus senos. Entendí el mensaje y se los acaricié, primero con lenta dedicación y luego con insistente presión. Bajé una mano por el medio y la ubiqué entre su sexo ofrecido debido al extensor. Entré un dedo, luego dos, y los dejé allí para que ella misma se follara. Gemía.
    
    Él estaba excitado al verme tocando y haciendo gemir a su mujer. Me tomó fuerte por la nuca y llevó mis labios a sus pezones. Succione con ganas mientras las manos de él jugaban entre mis pezones y los de ella, acariciando, estirando y retorciendo, todo con maestría . Luego, abrió y bajó mi pantalón y las bragas mientras mantenía mi cabeza succionando sus pechos . Tocó mi sexo palpitante y húmedo y yo me enterré más contra ella, y comencé a bajar por su ombligo y hacía el sur con la boca.
    
    Mi boca en el sexo de ella, los dedos de él en el mío. Ella y yo calientes y mojadas. Él excitado a mil.
    
    En un brusco movimiento, me despojó de la poca ropa que aún llevaba, y acto seguido, me montó sobre ella como si yo fuese una pluma, cosa que claramente no soy con mis amplias caderas y piernas.
    
    El perfume de él lo inundaba todo. Y yo estaba entregada. Justo al medio de ambos.
    
    Besaba, apretaba y estiraba los pechos de ella; la besaba en la boca y bajaba de nuevo. Mientras, él amasaba mis pechos, mordía suave mi cuello y hundía sus dedos hábiles en mi sexo hasta hacerme llegar a un squirt.
    
    Los mojé a ambos y eso fue demasiado para él, que de una vez decidió follarme usándola a ella de colchón, lo que claramente hacía crecer su calentura.
    
    Mi cuerpo, aprisionado entre ambos, se dejó gustozamente hacer.
    
    En cada embestida de él, ella se estimulaba.
    
    Yo exploté en un orgasmo mientras la besaba en la boca y él me empalaba. Ella me siguió a los pocos segundos, azuzada por los gritos. Él se vino de tercero, varios minutos después.
    
    Quedamos los tres exhaustos y risueños en la gran cama. 
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