1. La piscina


    Fecha: 10/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... viejos viciosos, que babosean devorando mi cuerpo mojado y semidesnudo. Me ducho y vuelvo a tumbar me boca arriba.
    
    Giro la cabeza de modo que pueda mirar a los maduros para que ellos se den cuenta que me doy cuenta que me tienen ganas, creo que les pone más calientes que entre en el juego. Les divierte y les excita que mí me guste que me baboseen. El sol me da en el cuerpo, dejo que me caliente por fuera, por dentro son los viciosos los que me hacen mojar. Me siento como Susana con los ancianos: un objeto de deseo.
    
    Me encanta nadar y hace calor, me acerco al borde de la pileta. El chico joven se mete antes para volver a espiarme. Me mira con hambre. Me lanzo de cabeza. Braceo despacio, dejo que bucee a mi alrededor. Como si no lo buscase choco con él.
    
    - Perdona- me dice con voz desgarrada por el deseo.
    
    - Vete al baño de hombres y espérame allá.
    
    Sale del agua , yo sigo un par de minutos mas, salgo y me seco un poco con la toalla, miro descarada a mis espectadores maduros, me pongo la camisola y las chanclas, agarro la cartera y marcho hacia el edificio donde está la confitería y los baños.
    
    En la puerta del aseo de caballeros está el joven. Como diría mi cuñada es un yogur, un cuerpo de 10, delgado, fuerte, sin marcarse en exceso los músculos. El pelo corto,guapo de cara con ojos verdes. Le tomo de la mano y nos metemos en un aseo, entramos, no está muy limpio, me da igual.
    
    - Callado, que nadie nos oiga. Bajate la malla y estate quieto.- le ordeno.
    
    Se queda parado, ansioso, obediente, yo me abro la camisola, mis tetas quedan al aire , erguidas con los pezones erectos, pero para erección, la polla del muchacho: una joya. No es muy grande pero está tiesa, dura , apuntando hacia arriba, viéndose el ojito en lo que asoma del glande. Me pego a su costado, hago que note bien mi cuerpo, sobre todo mis pechos, me escupo en la palma de mi mano derecha y le agarro la verga.
    
    Empiezo a meneársela despacio, disfrutando de tener una tranca tan deliciosa a mi disposición, con la otra mano le acaricio las nalgas, prietas, redondas. No se depila, como hacen algunos jóvenes, tiene un vello negro en las piernas, en los sobacos y en pubis un matojo ensortijado delicioso. Me gustan sus carnes duras y prietas.
    
    Le pajeo gozando de su juventud, podría ser alguno de mis alumnos mayores, me da más morbo. Le araño el culo delicioso, le paso el dedo por la raja y le miro a los ojos. El pobre no puede más. Le tapo la boca con la mano que se ocupaba de su trasero y acelero el ritmo. Y ¡ Zas! Escupe como una ametralladora su leche. Le doy un beso en la mejilla, me cierro la camisola, abro la puerta y me voy.
    
    Vuelvo a la pileta, me acerco a los veteranos que me miran como si fuera un pastel, me quedo en la parte baja del bikini, mis tetas con los pezones erectos quedan cerca de sus ojos, quiero que vean lo ricas que están. Y sin más, en dos zancadas me vuelvo a zambullir, el agua fría me aplaca un poco la calentura. Salgo y me ducho , y voy para ...