Mi burrita - Relatos Eróticos

Mi burrita

MI BURRITA

Había pasado una semana desde que mis tíos me dieron semejante espectáculo dándole tremenda culeada a una burra que había comprado mi abuelo…

Desde entonces yo no pensaba en cosa que no fuera cogerme a esa burrita y dejarla llena de leche, mientras tanto en la familia la vida continuaba como de costumbre y hacíamos las actividades propias del día a día.

Fue así como una mañana cuando nos dirigíamos caminando hacia el corral donde teníamos las vacas para ordeña que pude distinguir a lo lejos a la burra en el cerro, al verla mi corazón se aceleró y rápidamente sentí un cosquilleo en la entrepierna, pensando esta es la oportunidad que esperaba.

Llegamos al chiquero y mis tíos, mi apá y mi abuelo se disponían a empezar la ordeña y para mi suerte, algunas de las vacas no habían bajado por lo que me ofrecì a ir a buscarlas con toda la intención de dirigirme hacia donde había visto a esa rica burrita y por fin poder darle verga. Tome una reata y un machete y subí al cerro, mi hembra estaba esperando cerca de donde la había visto, entonces discretamente fui arreándola hasta un lugar seguro entre varios arboles con la verga ya bien parada y mi trusa mojada con la cantidad de semen producida por la excitación.

Una vez entre los árboles le amarrè las patas a la burra tal como lo hacíamos con las vacas para ordeñarlas y comencé a tocar con mis dedos esa rica fruta que estaba dispuesto a comerme, comencé metiendo uno, después agregué mas dedos hasta que la burra solita comenzó a levantar la cola, entonces bajè el cierre de mi pantalón y mi verga salió expulsada en automático con espasmos y deseosa de entrar en esa vagina, entonces doble mis piernas un poco para quedar a la altura correcta y pude sentir un calor riquísimo en la cabeza de la verga, entonces la introduje completamente pudiendo sentir el calor y el placer que esa vagina me proporcionaba, ahora entendía por que mis tíos disfrutaban tanto sus idas a la huerta…

Comencé a meterla y sacarla pero mi excitación era tanta que no pude contenerme y en poco tiempo solté varios chorros de leche dentro de la burrita sintiendo por primera vez lo maravilloso de terminar dentro de una hembra, me quedè quieto dentro de ella y después de unos minutos saquè mi verga todavía semi erecta, entonces observo la concha de la burra que se contraía abriendo y cerrando goteando parte del semen que que dejè adentro y esto hizo que mi verga se parara nuevamente, ya estaba listo para la segunda vuelta, entonces se la dejè ir de golpe y comencé a bombear de nuevo esa pucha a buen ritmo sintiendo en la verga todo el calor que esa cueva ofrece, después de un rato volví a sentir esos calambres que recorrían mi entrepierna, acelerè los movimientos y volví a vaciar mi leche dentro de esa burrita…

Después de recuperar el aliento y tratando de acomodarme bien la verga y la ropa, soltè a la burra y me dirigì a buscar las vacas para bajarlas al corral, a partir de ese día me culeaba a diario a mi putita ...