Desvirgando a mis hijas
Fecha: 30/12/2019,
Categorías:
Jóvenes
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Todo empezó un día en que mi esposa, mis hijas y yo nos
fuimos de vacaciones a la playa, en ese tiempo mi hija Karla contaba con 13 y
Andrea con 15 y siempre las había visto con ojos de padre, sobre todo a Karla
hasta esas vacaciones.
Resulta que nos habíamos quedado los cuatro en la misma
habitación y pues ya era hora de bajar a darnos un chapuzón, por lo que tanto mi
esposa como mis hijas se pusieron sus trajes de baño. Fue un espectáculo
increíble y a la vez contrastante, mi esposa con su traje de baño parecía una
ballena lo cual a mi físicamente me daba repugnancia, pero mi hija Karla, cielo
santo que bárbara, a sus 13 años y con ese diminuto bikini se veía que era toda
una mujer, su cintura delgada, sus senos redondos y visiblemente duros como dos
manzanas, unas piernas duras y un culito redondo, carnoso y acogedor, su pelo
negro y bien cuidado y su olor a juventud e inocencia hicieron que tuviera una
erección que de inmediato.
Mi esposa Raquel protestó:
-Niña ni creas que vas a bajar con ese atuendo, todos se te
van a quedar viendo.
-Hay mamá no seas anticuada, a sí es como se usan ahora.
-Raquel déjala ya, si a sí quiere salir pues ese es su
problema- le dije.
-Gracias papi, tu si que me comprendes.
Bajamos los cuatro a la piscina. Yo no sé que me estaba
ocurriendo, pero no podía quitarle la mirada a mi hija, no podía creer que
tuviera a una mujer a si a mi lado y no poder hacer absolutamente nada, por lo
que me dije que al menos si no podría hacer nada me contentaría con mirarla.
A sí estuvimos en la piscina y después en la playa, nos
fuimos a comer y después de comer mi esposa y mi hija Andrea me dijeron que
estaban cansadas y debido a la comida querían irse a acostar un rato, por lo que
nos quedamos solos Karlita y yo.
-Papi tengo ganas de darme un ultimo chapuzón en la piscina
me acompañas?
-Claro linda, vamos.
A sí pues me metí a la piscina con mi hija, nos empezamos a
arrojar agua a bromear y yo aprovechaba para de vez en cuando acercarme a ella y
abrazarla cariñosamente, lo que sentía era indescriptible, todo su cuerpo era
firme y duro, nada blando como el cuerpo de mi esposa, accidentalmente tocaba
sus senos y sus nalguitas y cada vez estaba mas excitado por lo que cuando ella
se salió, yo le dije que quería quedarme un rato mas; esto claro fue una excusa
para que se me bajar mi calentura.
Esa noche afortunadamente mi esposa estaba ya tan cansada y
dormida al igual que mis hijas que aproveché para hacerme la paja más grande de
mi vida.
Después de esas vacaciones ya no podía pensar en otra cosa
mas que en cogerme a mi hija.
Para esto les contaré que tengo un amigo en el trabajo que se
llama Pedro y que nos conocemos desde la universidad, incluso podríamos decir
que es mi confidente.
Un día después de unas copas que me estaba tomando con él en
un bar le confesé mis deseos de acostarme con mi ...