1. Jugando con el perro a los 9 añitos.


    Fecha: 22/12/2019, Categorías: Zoofilia Autor: PsicoSex, Fuente: SexoSinTabues30

    ... entraba facil en la boca. Realmente me esforzaba por que se quede quieto y poder disfrutar de eso, que aun sin saberlo, era una mamada.
    
    Mi casita de juegos era de techo bajo. Fabricada con una pesada manta vieja del ejercito. Asi que para moverse por el interior habia que gatear en cuatro patas.
    
    Asi intentando acomodarme y mamarsela al movedizo perro. Me rodeo y me monto. Lo baje y volvio a hacerlo. Y comenzo a mover su cintura como un poseso mientras me jadeaba en la oreja y su lengua mojaba mi cara.
    
    Yo era pequeño y el perro pesado y grande. Algo me gusto mucho en eso que hacia. Sabia que no me estaba haciendo daño.
    
    Podia sentir como presionaba y palpitaba sobre mis pantaloncitos cortos. Su verga. Lo deje que haga lo que quisiera.
    
    Ese dia, mas tarde, mi abuela me regaño por Haber empapado mis pantaloncitos cortos en el patio. Le dije que me habia sentado en un charco sin darme cuenta. Estaban bañados de semen del perro.
    
    Recuerdo ducharme y la forma del grifo de la bañera de mi casa. Era redondeada. De unos 20 cms y cuando te ponias bajo el agua de la ducha, el grifo abajo, te hacia cosquillas entre las nalgas.
    
    Las mismas ricas cosquillas que me hacia el perro con su miembro.
    
    Asi que en cuanto me quede solo en mi casita de juegos y se dieron las condiciones para hacerlo. Repeti con el perro. Esta vez fue mas dosil para dejarme mamarsela. Y pude hacerlo recostado entre sus poderosas patas traseras.
    
    Poco despues el animal me monto y lo deje hacerlo. Pero me habia quitado los pantaloncitos cortos hace un rato.
    
    El perro dio unas vueltas y detras mio senti su lengua jadeante y caliente en mi culo varias veces. Lamiendome. Que rico!
    
    Se monto al fin. Siendo pequeño la altura era ideal. Su miembro rebotaba en mi culito y eso desesperaba al animal. Me gustaba mucho eso que hacia. Hasta que senti que su verga roja y lubricada insitia, torpemente, en mi ano. Sensacion extraña y rica.
    
    Quise que no fuera tan erratico. Queria sentir mas eso. Asi que lo ayude a que me haga eso con su pene en mi ano. Y ahi fue donde entro.
    
    Todo el peso de esa bestia sobre mi cuerpecito paralizado por el dolor que sentia al ser penetrado sin miramientos. Era una sensacion muy rica en el fondo. Como defecar. Y sentir calor. Humedad. Adentro. Sentia que se quedaba bien adentro quieto y que me innundaba algo tibio. Liquido. No la podia sacar y el dolor que sentia me sacaba fuerza en las piernecitas. Sollozaba con la cara hundida en mi peluche. Con la lengua jadeante en mi oreja.
    
    Fueron minutos eternos de abotonamiento. Con el perro adentro mio pulsando y llenandome de sus fluidos.
    
    Cuando la saco, salio aire y luego me sente en cuclillas y forme un charco tibio de semen. Aun no entendia el morbo. Hacia por gusto cosas que me causaban placer con inocencia. Pero ese dia todo cambio.
    
    Habia noches en mi cama que bajo las sabanas me metia un dedo en mi pequeño culo y pensaba en el perro. O mientras me duchaba y el grifo de abajo me sobaba ...