1. La decisión de Kar


    Fecha: 07/04/2019, Categorías: Hetero Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos

    -¿Es verdad que te llevaste a la cama a tu secretaria? –lo soltó sin más, tomándome por sorpresa.
    
    -¿Te lo dijo ella? –comenté tratando de mostrar indiferencia.
    
    -No, me enteré por otro lado.
    
    -Entonces, no hagas caso a chismes –dije al salir y sin dar una respuesta a su pregunta.
    
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    Con Karla teníamos una amistad de años, ingresó a la empresa en que laboramos poco tiempo después que yo y desde el primer momento congeniamos; en ese tiempo ambos contábamos con pareja y nos reuníamos con frecuencia los cuatro, nuestras salidas en pareja eran frecuentes ya que tanto la edad como la situación económica nos lo permitía.
    
    Me separé de mi entonces compañera y hubieron algunas otras que pasaron fugazmente por mi vida, esto limitó que solo esporádicamente volviera a frecuentar a la pareja fuera del trabajo pero, en contra, mi relación con ella dentro del mismo se volvió más estrecha; se convirtió en mi mejor amiga, mi confidente.
    
    Al ser tan cercana nuestra relación en muchas ocasiones se nos relacionó como pareja sentimental, tomamos siempre la postura de no desmentir lo que se contaba ya que nos resultaba divertido el que pensaran eso de nosotros; cierto es que muchas veces tonteamos con uno que otro beso después de un café o pequeñas caricias en alguna salida de copas, pero nunca paso a mas; pusimos siempre nuestra amistad por sobre todo eso. En ocasiones me parecía que podía haber algo, que nuestras miradas decían lo que nuestras palabras no; pero nunca ninguno de los dos dijo algo o dio el siguiente paso.
    
    Pero con el tiempo, ella si lo dio al decir “si” a la petición de matrimonio que le hizo su novio; a partir de ese momento nuestra relación cambió ya que ella solo tenía destinado su tiempo libre en la preparación de su boda. Por mi parte, continuaba con mi vida, pero con un dejo de resentimiento hacia ella; no quería aceptarlo, pero la extrañaba, extrañaba nuestras pláticas y nuestras salidas al café, extrañaba su sonrisa… la extrañaba porque me había enamorado de ella.
    
    Se dice que en nuestra vida al menos en alguna ocasión cometemos una estupidez, la mía fue no haberle mostrado mis sentimientos.
    
    Por eso me alejé.
    
    Pasaron las semanas hasta la fiesta de fin de año que organizaba la empresa, ella normalmente participa en la realización de la misma por lo que le queda poco tiempo para disfrutarla ya que tiene la prioridad de la organización del evento; esto hacia que su novio pocas veces asistiera ya que, al no trabajar con nosotros y ella ocupada, normalmente se quedaba solo o con poca actividad.
    
    Asistí ese día solo por socializar con mi personal, obligación más que por diversión; incluso sin pareja ya que pensaba estar solo el tiempo estrictamente necesario.
    
    Verla ir y venir me evocó a los días en los que pude y no hice algo por ella, ¡qué estúpido fui!; apuré mi último trago, me levanté y tomé dirección a la salida alterna; no estaba por despedirme de nadie. Casi por salir escuché mi nombre en la voz ...
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