1. Las aventuras sexuales de Rick (I)


    Fecha: 13/12/2019, Categorías: Gays Autor: Loras Tyrrel, Fuente: TodoRelatos

    Habían metido a mi padre en la cárcel. Un rollo de desfalco o alzamiento de bienes. Pero bueno como se demostró que no era el cabecilla y que quién de verdad se había lucrado era su exsocio, no le cayó demasiado tiempo. Solamente 6 meses, y luego no podía salir del país y tenía que presentarse cada 2 semanas en los juzgados.
    
    En ésa época yo tenía 20 años y era abiertamente gay. No había tenido relaciones largas, pero si algunos rollos pasajeros. Mi padre me había llamado la noche anterior. Un amigo suyo que había hecho en la cárcel iba a salir y necesitaba un sitio donde dormir unas semanas hasta que el hijo volviese de vacaciones. Me dijo que le debía un favor a Mark, que así se llamaba.
    
    Colgué el teléfono y miré a la cama. Después de saber que no iba a estar solo viviendo, había salido de marcha y (al parecer) había ligado. Al parecer el chico con el que había pasado la noche (y echado dos polvos por los envoltorios de condones que había en mi mesilla) era un tipo alto, con barba y algo mayor que yo.
    
    Si, me ponen los tíos mayores que yo. Soy de estatura media, ni muy fuerte, ni muy gordo, llevo el pelo largo, hago ejercicio, y de rabo no voy mal servido. Aunque tampoco tengo un pollón.
    
    Eché a un lado la sábana y me senté. En el suelo estaban mis calzoncillos. Volví a mirar a mi amante. El también estaba desnudo y al parecer tenía una buena polla. No recordaba mucho de la noche anterior, solo una calentura brutal. Hacía un año que había entrado a trabajar en la empresa de un amigo. A pesar de que me ofreció un buen puesto de trabajo, acorde a mis estudios, insistí en empezar desde abajo, en un cubículo en medio de otros cientos. Era un trabajo de oficina, tedioso y monótono, pero me permitía sobrevivir. Con todo el rollo de los juicios de mi padre y su encarcelamiento hacía un par de meses no había tenido tiempo para chicos.
    
    Lancé los calzoncillos a la cesta de la ropa sucia y me fui a la ducha. Mientras el agua corría empecé a pensar en lo de anoche. Recordaba cosas sueltas, como pasarme un buen rato chupándole ese vergón, o sentarme encima de ese vergón para que me follase. Poco a poco fui recordando los detalles del que hasta ese momento fue el mejor polvo de mi vida. Y me volví a poner cachondo. Baje la mano hacia mi polla ya dura, y me empecé a hacer una paja.
    
    Dicen que la paja mañanera es la mejor y yo lo creía porque lo había experimentado muchas veces. Mientras disfrutaba recordando la noche anterior note como unos brazos me rodeaban el cuerpo.
    
    -Vaya- dijo- Mira quien se ha despertado- y me besó el cuello mientras me ayudaba con la “manuela”. Mientras me abrazaba, note como su duro falo se restregaba en mi culo y volví a sentir la calentura de la noche anterior. Me di la vuelta y le besé. No sé a día de hoy como salimos de la ducha sin escurrirnos, todo mojados, como conseguí ponerle el condón, pero volvimos a echar otro polvazo brutal. Mientras me corría (6 chorros que impactaron directamente en el cabecero) notaba ...
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