1. Chaparro despertó mi morbo.


    Fecha: 13/12/2019, Categorías: Gays Autor: Chaketo, Fuente: SexoSinTabues30

    Como ustedes saben desde niño he sido muy caliente y morboso. Me gustaba mucho ver a los hombres, sus cuerpos velludos, sus brazos, sus piernas, cuando había oportunidad me llamaba la atención ver los vellos del pecho o del abdomen, esos que bajaban hasta perderse por debajo de la ropa.
    
    Eventualmente alguien cercano se dio cuenta y decidió aprovechar la oportunidad.
    
    Su nombre era Genaro, pero todos le decían Chaparro ya que ese era su apellido. Era ayudante de mis tíos que se dedican al ganado y a la veterinaria. Chaparro, que la verdad era todo lo contrario a su apodo era un hombre alto, de piel morena y cuerpo trabajado por las labores del campo, lampiño, solo tenía algo de barba pero se la rasuraba y la mayoría de las veces siempre andaba con esa barba de días, bien parecido, guapo y simpático. Era mucho mayor yo y se dedicaba a las labores del campo, a veces lo acompañábamos y él nos enseñaba a mis primos y a mí a ordeñar y a lazar a los becerros.
    
    Yo en cambio era un niño de ciudad. Con 12 años era delgado, nalgón, cabello corto color castaño, de piel clara, lo que se conoce como güero y así me llamaba Chaparro y alguno de los demás trabajadores.
    
    Cada vez que iba de vacaciones al pueblo aprovechaba para jugar conmigo, cuando nadie veía me sentaba en sus piernas y me hacía sentir su dureza en mis nalgas. A veces cuando me enseñaba a montar a caballo sentía como se me pegaba, mientras me tocaba disimuladamente mi pito duro. Como sentía rico me dejaba hacer, al final me decía que no le dijera a nadie.
    
    Los juegos iban en aumento y mi calentura también. Ese año con 12 años yo ya no era tan inocente y sabia lo que Chaparro quería. A la primera oportunidad me arrinconaba para arrimarme la verga, moviéndose hacia atrás y adelante.
    
    En algunas ocasiones era yo quien lo buscaba. Me le sentaba encima y el me tomaba por la cintura mientras me tallaba su verga por encima de la ropa.
    
    Durante el día nos limitábamos a enviarnos miradas, no sé qué tenía ese hombre que me despertaba tanto morbo a mi corta edad, pero eran pocas las veces que nos quedábamos solos. Mi tío o mis primos siempre estaban con nosotros y por las noches me daba algo de miedo escabullirme a su cuarto y que me descubrieran.
    
    Pero una noche todo cambio. Recuerdo que ya era tarde, mis primos dormían y yo solo daba vueltas en la cama. No sé qué hora era, pero baje a la cocina a tomar agua y lo vi ahí sentado en la mesa de la cocina como si estuviera esperándome, al verme sonrió.
    
    -Buenas noches güero! ¿Qué haces despierto tan tarde?
    
    -No podía dormir. ¿Y tú?
    
    -Tampoco puedo dormir. ¿Quieres leche?
    
    Chaparro llevo su mano a su entrepierna y supe a que se refería. Lo contemplaba en silencio hasta que vi como bajo un poco su short enseñándome sus pelos. Ahí desaparecieron todas mis dudas.
    
    -No te quedes callado güerito. Ven, vamos a mi cuarto a jugar.
    
    -Si, vamos.
    
    Apenas llegamos a su cuarto me dio un beso. Sentía su lengua invadiendo mi boca y jugando con ...
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