1. Enamorada del país que no me agradaba


    Fecha: 11/12/2019, Categorías: Transexuales Autor: Nayeli, Fuente: CuentoRelatos

    ... Con el trascurso de los días y conociéndolo más descubrí que era un hombre interesante. El por su cuenta noto i cambio y todos los coqueteos que le hacía. Empezó a tocarme más y más el culo, de manera “fortuita”, ahora yo le mostraba mi aprobación parándolo un poco más, inclinándome para que lo viera mejor etc. Por supuesto que noto mi cambio de actitud y lo aprovecho dándome unos agarrones de nalgas y pegando su pene a mi culo cada vez que podía. La verdad a mí esto del coqueteo me gustaba bastante. Llegaba a casa corriendo a saciar mis ganas de sexo.
    
    Un día me explicaba algo en su computadora, él estaba sentado, yo parada inclinando viendo la pantalla de su ordenador, me dio unas nalgaditas y después poso sus manos en mis nalgas por un largo rato hasta que las movió y empezó a masajearme las nalgas. Me pare un poco para ver que nadie nos estuviera viendo, al cerciorarme que nadie estaba alrededor me volví a inclinar y me puse más cerca de él. Tenía gracia para palpar y apretarme las nalgas, pasaba sus manos dulcemente por mi culo y después lo presionaba queriendo introducir sus dedos. Este movimiento hiso que gimiera sin querer. Me dio pena gemir, me puse derecha y me fui al baño para bajarme lo caliente. Entre y me metí a un toilette. No me había dado cuenta que me había seguido, de una patada abrió la puerta, se bajó el pantalón y con una fuerza increíble me tomo de los cabellos y puso su pene en mi boca.
    
    El hombre aquel que tenía miedo de pronunciar palabra en cada junta se comportaba como un macho salvaje. El aroma tan fuerte que emanaba su pene me parcia embriagantemente delicioso. Su fisionomía que anteriormente me causaba repulsión, me parecía semejante a la de un príncipe hermoso lleno de vigor. Empecé a lamer su gran pene como si fuera chupetilla. Recorría con mi legua toda la longitud de su pene desde la raíz hasta la punta y después la succionaba con muchas ganas. Me decía cosas en su lengua natal que no entendía ni me importaba entender, él tenía una gran erección y era mi deber bajarle la calentura.
    
    Pase de estar sentada mamándole ese delicioso pene a ponerme en cuatro patas. Hábilmente su mano recorrió mi espalda hasta llegar a mi ano. Sus dedos hacían círculos en mi ano, lo presionaba un poco sin meterlos. Yo ya no podía seguir mamándole la verga ya necesitaba su pene dentro de mi ano. Deje de mamárselo y empine lo más que pude el culo y me deje llevar por sus caricias anales. Él se puso detrás de mí, me escupió el ano y empujo su verga queriendo meterla. Mi ano con gusto se dilato y dio paso al resbaloso y caliente intruso.
    
    Con gracia y buen ritmo me cabalgo durante unos minutos, sentir ese pene en mi interior hacia que gimiera de placer. Por fin un hombre me utilizaba como la mujer que era. Todo el morbo de estar haciéndolo con un compañero en el baño del trabajo me ponía súper excitada. El suelo del baño está muy sucio pero no quería que el parara, baje totalmente mi cabeza hasta que mi cara toco el piso, y eleve ...