Mi obsesión por Melissa - Relatos Eróticos

Mi obsesión por Melissa

Muchas mujeres han pasado por mi vida, pero en mi mente siempre ha estado Melissa. Nos conocemos desde pequeños, y su belleza, su fuerte personalidad y ese atractivo natural siempre me ha vuelto loco.

Cuando en la adolescencia comenzabamos a tener las primeras citas, yo me moría de celos al verla con uno u otro tío, siempre mayores que ella, ha sido un imán para ellos desde siempre, y ella les correspondía porque siempre ha sido muy sexual. Es como la Mary de Algo pasa con Mary, todos los tíos que pasan por su vida terminan locos por ella y yo no podía ser una excepción.

Aunque siempre había sabido que era muy activa sexualmente, no fue hasta nuestro primer año de universidad cuando pude presenciar con mis propios ojos la auténtica fiera que es. Yo había suspendido por poco el último examen de química orgánica y me dirigí a hablar con el profesor para ver si podía rascar alguna décima, y lo que me encontré al llegar al despacho del profesor no lo olvidaré nunca.

La puerta estaba entreabierta, y solo se podía ver la malla con el culo en pompa más precioso que os podéis imaginar, prieto, con las nalgas abultadas, con esos cachetes perfectos que se adentraban por el centro la la raja más morbosa, dejando marcados los labios del coño más palpitante que hayáis visto nunca, siempre me han encantado los chochos bien carnosos, se habla mucho de las pollas grandes pero nadie hace justicia a los coños con los labios bien carnosos, que además de ser una delicia al comerlos, enterrar la polla en ellos te hace llegar al paraíso.

Pero lo más perturbador de la escena no era su culazo perfecto, fue al empujar ligeramente la puerta y ver que Melissa estaba de rodillas frente al profesor de química, un hombre de unos cincuenta años, con toda su polla en la garganta, con la lengua asomando por abajo y los huevos chorreándole de baba, sin duda era la mamada más morbosa que había visto. La desesperación con la que la estaba chupando la muy golfa era impresionante, una y otra vez la recorría con sus jugosos labios, la boca de Melissa es perfecta.

El profesor le decía: "qué bien la chupas zorra, te estás ganando un sobresaliente". Ella al escuchar esas palabras, se sacó la polla de la boca y se dedicó a engullir los dos huevos del tirón, los cuales estaban empapados en saliva, mientras le pajeaba la polla al profe. Después continuó bajando hasta empezar a lamerle el ojete, ese hombre estaba explotando de placer.

Cuando de repente el profesor se volvió loco, de un salto se levantó de su sillón y le metió la polla tan fuerte en la garganta que el sonido de la carne hundiéndose se escuchó en todo el despacho. Agarró la cabeza de Melissa y empezó a follarse su garganta con tanto vicio y saña que daba hasta miedo, mientras le decía:"te voy a ahogar con mi leche cerda!!!" y así fue con su verga en el fondo de la garganta el muy hijo de puta soltó toda su leche, provocando la arcada y casi el ahogo del amor de mi vida.

Sentí una mezcla de asco y morbo, ...