1. La vida de Brian (parte 1)


    Fecha: 08/12/2019, Categorías: Gays Autor: Otrorelatista, Fuente: SexoSinTabues30

    Me llamo Brian y actualmente tengo 27 años. En mi vida he tenido bastantes compañeros sexuales y bastantes experiencias calientes, y voy a tratar de contarlas todas desde el principio.
    
    Nací en una familia que digamos no era adinerada pero no tenía problemas de dinero. Nuestra casa era grande, de 3 plantas. En la parte trasera había un porche donde mis padres siempre llevaban a los invitados, con un sofá y una mesa con sillas, y también había un gran patio cubierto de césped con algunos árboles frutales plantados donde yo jugaba mucho de niño.
    
    Recuerdo que cuando yo era pequeño solía jugar desnudo en el jardín, a mi padre no le hacía gracia, pero no me regañaba porque no quería pelear con mi madre, que decía que lo de jugar desnudo eran «cosas de niños» aunque mi hermana, 5 años mayor que yo, nunca lo hizo y le enfadaba verme jugar desnudo.
    
    El primer recuerdo que tengo de algo relacionado con la sexualidad ocurrió a mis tiernos 5 años. Yo durante la mayor parte de mi vida he sido delgado y a esa edad se notaba más, era flaquito con algunas costillas marcadas, muy blanquito, con cabello castaño que en esa época tenía un corte de tazón, de ojos grandes y azules con pestañas largas, un culito redondito con dos nalguitas suaves, y un penecito que sería del tamaño de un dedo pulgar.
    
    Yo jugaba desnudo en el patio como de costumbre, corriendo de un lado para otro, y llegó una visita de mis padres, un hombre y una mujer. El señor Javier y la señora Lourdes. El hombre era un compañero de trabajo de mi padre e irían a pasar la tarde en casa y a cenar con nosotros.
    
    Cuando llegaron mi madre me llamó para saludar a nuestros invitados y me dijo que me pusiera algo de ropa para no ser un maleducado, pero ambos invitados dijeron que no pasaba nada por estar desnudo, que eran cosas de niños y que no hacía falta que me vistiera, así que yo volví a jugar al patio mientras los mayores estaban en el porche.
    
    Durante la tarde noté que el señor Javier me miraba mucho pero no le di importancia, y así llegó la noche y la cena en el porche con nuestros invitados, que transcurrió sin ningún problema, conmigo ya bañado y con mi pijama puesto. Era verano así que mi pijama sólo era un calzoncito y una camiseta, dejando mis piernitas suaves y blanquitas al aire y a la vista de todos.
    
    Durante la cena se pusieron a hablar de mi, cosa que a mí me encantaba pues me gustaba mucho ser el centro de atención y ver cómo la señora Lourdes y el señor Javier hablaban tan bien de mí. Congeniamos muy bien y para cuando terminó la cena yo estaba muy cómodo con ellos hasta el punto que me subía en sus piernas a jugar con mi muñeco de peluche mientras ellos hablaban.
    
    En eso estaba, subido en las piernas de el señor Javier cuando sentí sus manos acariciando mis piernas. No lo hacía en un sentido sexual, simplemente me acariciaba con cariño, como se toca a un niño. Sus manos pasaban de mis piernas a mis caderitas y a mi vientre chiquito y plano. Yo ni me inmutaba ya que ...
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