1. Luciana y el sexo // cap. 1


    Fecha: 30/11/2019, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    Mi nombre es Luciana, aunque todo el mundo me dice Lucy. Y lo peor de todo es que no entiendo lo que me pasa; pero justo ahora mi vida está patas arriba por culpa de mi curiosidad y mi calentura.
    
    Sé que no soy mayor de edad, y también entiendo que a mi edad no debería de sentir lo que siento, pero es algo superior a mí.
    
    Soy así como una adolescente precoz, que desde muy chiquita se masturba viendo pelis xxx en el teléfono celular, fantaseando con que un hombre de mayor edad a la mía me somete, me separa los muslos y me mete su endurecido y gordo pene en mi diminuta y fresca vulvita mojada.
    
    No entiendo si es por mi edad o las hormonas locas que no me dejan en paz, pero todo el día estoy caliente, con mi conchita palpitándome, babeando, con mis deditos batiéndome dentro de mi carnosa hendidura, y con mis flujos de niña traviesa resbalándome por los muslos.
    
    A pesar de que se sigue desarrollando mi cuerpo, creo que mis hormonas han llegado a su límite.
    
    No soy tan alta aún, pero tengo unas piernas largas en proporción de lo demás. Mi cabello es rubio; un intenso dorado que le concede a mi rostro una dulzura excepcional.
    
    Me han dicho algunos novios que he tenido por ahí que tengo una mirada angelical. Mis ojos son azul turquesa, y mis labios son tan rosas como mis pezones.
    
    Dicen que me parezco mucho a mi madre Sugey, sólo que yo aún no logro tener esas enormes mamas que a ella le cuelgan en el pecho naturalmente, aun si soy yo la que tiene las tetas más grandes de mi clase.
    
    Creo que para mi edad son bastante redondas, blancas, puntiagudas y prometedoras. Encima mis pezones son bastante sensibles, tan es así que con sólo rozar mi sostén sobre ellos me pongo húmeda.
    
    Sé que seguirán creciendo mis pechos, porque esa sensación de dolor y cosquilleo durante mi periodo me indica que continúan madurando.
    
    Mis caderas también se han vuelvo más anchas y gordas desde que me abro de piernas para masturbarme.
    
    Ni siquiera Tito, mi hermano mayor, se ha dado cuenta lo que me han crecido mis tetas y mis caderas durante los últimos meses porque es un idiota. Sé que no se ha enterado porque a veces me sigue llamando «tabla con ojos». Es que mi hermano lo que tiene de guapo lo tiene de bobo. Para él no existe nadie en casa salvo mamá.
    
    Me duele mucho que no se fije en mí, aunque yo hago todo para agradarle. Al final, para llamar su atención, no me queda más remedio que burlarme de él, agredirlo verbalmente y tildarlo de maricón.
    
    El problema no es que mi hermano mayor pase de mí, como si yo no existiera, el problema es que él existe para mí, y no sé por qué razón… desde hace meses… me masturbo pensando en él.
    
    Mi puchita es demasiado pequeñita, rosadita y extrañamente con los labios vaginales muy gorditos. Mi clítoris brota cuando estoy caliente, y con la lengua de fuera y ayudada de mis yemas, lo froto lentamente hasta que mis piernas se estremecen y no puedo evitar explotar, salpicándome los dedos con mis torrentes flujos.
    
    Ya que ...
«1234...9»