1. TEEN SWEET MODELS Agency – 3/4 Dayanna y su amoroso padre


    Fecha: 25/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Anonimo, Fuente: SexoSinTabues30

    ... manager le hablabamientras Paula era maquillada frente a un espejoenmarcado con luces LED. —Por ejemplo —siguió Cristina—: La falda que vas a llevar, es muy cortita. —¡Está muy linda! —Ya lo creo. Si la usaras en una cena o en un baile, deberías tener mucho cuidado con que se te suba más de la cuenta o al sentarte y cruzar las piernas, o al subiruna escalera o cosas así.Puro e indiscutible decoro. —Pues claro ¡qué pena! —Se sonrojó Paula. —Pero esta es una sesión de fotografía profesional. Aquí (y en las pasarelas), no es un paseo, ni una cena social, ni el colegio. Aquí vas a mostrar todas las prendas, y eso incluye la ropa interior. Paula abrió la boca, impresionada. —Tienes que olvidarte del pudor y dejar que se te vea ‘todo’. Paula rió, sacudió los pies y después de un segundo respondió: —¡Listo, listo, yo lo hago! Cristina le lanzó una mirada a Amanda, mediante la que compartieron un mudo mensaje: “fácil ¿no?”. —¿Estudiaste los videos y las revistas? —preguntó Cristina. —Uhy, sí. Y me gustaron mucho —sonrió Paula. —¿Viste las poses? —Claro, todas. —¿Tienes algún problema con alguna? ¿Alguna duda? —¡No! Yo quiero hacer todo eso. Cristina dio una palma y se puso de pie. —Qué niña tan profesional. 0K. Va primero Dayanna y luego vas tú.CristinaAlejandrase retiró a hablar con otras modelos.
    
    Amandasuspiraba viendo a nuestra hija, pero no era la única: Una mujer emergió de la nada y se paró a su lado, apretando la sonrisa en los labios, al punto de marcarse los hoyuelos. —Perdone mi señora, permítame decirle que su hija está espectacular. Cuando dijo «espectacular», frunció el ceño y cerró los ojos. Amanda sintió una repentina endulzada en el corazón. Ya saben, que le digan a una madre algo bueno de un hijo es incluso mejor que si se lo dijeran a ella misma. —Qué ojos tan bellos, parecen el mar —remató la extraña. —¡Gracias! Y está tan contenta, le ilusionaba mucho ser modelo. Está que no cabe en los chiros. —Mi hija es ella, se llama Dayanna. Acababa de señalar a una chica al fondo den la hilera de sillas del camerino. —¡¿En serio?! ¡Yo la conozco! Es decir, en sets de fotos. ¡No! Usted y yo somos mamás de ¡un par de reinas de belleza…! Amanda había devuelto la amabilidad, pero no por cortesía, sino porque era cierto: Dayanna estaba buenísima. Tenía esa clase de corte de cara que siempre usan en Hollywood para el personaje de la niña inadaptada de secundaria, que no se maquilla, se peina niseviste con estilo, es buena en químicae invariablemente enamora a los espectadores varones. —¿Cuántos años tiene? —Mi Dayanna tiene 12, recién-recién cumpliditos. —Mi niña se llama Paula, y también tiene 12. Mucho gusto, Amanda. —Soy Mónica, qué bueno conocerla. Estrecharon la punta de sus manos.
    
    Rato después:—Mi esposo, Ismael, es fanático del nylon. Se enloquecería si viera a su hija Dayanna así como está. Y era cierto. Luego vi las fotos. La nena tenía una blusa de colegial amarrada por delante, pantymedias negros y una faldita con diseño tartan —o ...
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