Mcgregor y sus hijos 2 - Relatos Eróticos

Mcgregor y sus hijos 2

... Mientras Joe

masajeó el agujero de su hijo, vio como la polla de su hijo adolescente comenzaba constantemente

para endurecer.

«Parece que alguien se está emocionando». Aiden asintió con entusiasmo.

«¿Lo chuparías, papá?» Joe quedó gratamente sorprendido. Aiden generalmente

no era tan atrevido. «Puedes apostar, chico.» Joe puso las piernas de su hijo sobre su

hombros mientras bajaba la boca sobre su pene.

Joe frotó el torso liso de Aiden mientras se agachaba sobre él, mirando su

delgada mancha de vello púbico rizado, rubio. Los genitales de Aiden todavía estaban

lo suficientemente pequeño como para que toda su polla y bolas quepan dentro de su boca.

Aiden amaba cuando su padre hacía esto. Le hizo sentir tan bien. Él también

disfrutaba sintiendo las manos grandes y ásperas de su padre por todo su cuerpo desnudo.

Joe movió su boca hacia el agujero rosa de Aiden, lo lamió con su

lengua ancha y húmeda. Joe sabía que su hijo estaba excitado cuando tocó el suyo

pezones Eran tan duros como borradores de lápiz.

Mientras continuaba chupando la polla de su chico, pudo saborear su líquido preseminal.

Al ver el pecho de Aiden mientras su respiración se volvía más superficial, supo que

se estaba acercando al clímax.

La polla de Joe se sentía como acero dentro de su mono. Nada lo emocionó más

que tener sexo con sus hijos. Mientras trabajaba duro para conseguir a su hijo menor

para correrse, aunque no se estaba tocando, podía sentir su orgasmo

acercándose rápidamente.

Sin mucha advertencia, Aiden disparó su fajo. Sintiendo la sensación de su

la cálida esperma del chico llenó su boca, Joe no podía agarrar su nuez

más.

Aiden vio el rostro de su padre ponerse rojo brillante mientras se estremecía y

gruñó un pequeño chorro de semen salió de la comisura de su boca.

Después de que ambos alcanzaron el orgasmo, Joe se dejó caer al suelo,

satisfecho. Sin poner una mano sobre su polla, se había jizzed sus pantalones. UN

En la pierna de su mono apareció una mancha grande, redonda y húmeda.

Aiden se sentó en el borde de la cama, riendo tontamente ante la actitud juguetona de su padre.

payasadas; su polla todavía semi erecta y reluciente. Joe miró a su hijo

con alegría.

Se levantó del suelo, juntando sus manos alrededor del trasero superior de su chico.

las mejillas. Inclinándose, le indicó que lo besara. Aiden felizmente

respondió colocando sus labios sobre los de su padre, luego abriendo la boca para

que su padre pudiera meter la lengua dentro.

Como su hermano mayor, a Aiden no le gustaba comerse su propio semen. Pero

cuando lo probó en los labios de su padre, lo disfrutó.

Joe apoyó la frente en la de su hijo. «Creo que es la hora del baño, bebé.»

Aiden asintió con la cabeza cuando Joe lo levantó, colocando sus manos debajo de su

nalgas mientras Aiden envolvía sus piernas alrededor de la cintura de su padre.

Joe besó a su chico todo el camino hasta ...