1. METAMORFOSIS 166


    Fecha: 14/11/2019, Categorías: Gays Autor: Betelgeuse, Fuente: SexoSinTabues30

    ... desvestía no dejaba de ver los movimientos de la muer hasta entrar en la mansión, era trayente aquella hembra, comentó para sí mismo, el muchacho se unió a los juegos de los demás niños, decidió cubrirse con toalla en dirección a la ducha junto a la letrina, pudo ver a lo lejos a Victoria arrimada de pecho sobre el árbol, allí parada detrás estaba Heriberto el hijo de Elena y Raúl, el pene vestido rozaba por detrás el trasero vestido de Victoria, giró para frotarse las caderas, ella lo sujetó de los hombros haciendo más fácil aquel movimiento, eso que Teófilo estaba viendo lo calentó masturbándose el pene, el peón miraba con detenimiento a Victoria, recordaba lo que vio hace semanas atrás allá en el campo lo que hizo Victoria con su primito Daniel Nicolás, al peón le estaba creciendo la ansiedad por Victoria, con el pasar de los días se incrementaba más de solo ver ese hermoso cuerpo que se estaba convirtiendo de niña a mujer.
    
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    Las sábanas estaban regadas en el suelo, de igual manera la ropa, en la cama, dos cuerpos desnudos manoseándose, acababan de llegar y sus movimientos de deseo continuaban con besos apasionados, los labios de Vito rozaban las orejas de Fernanda que desde hace más de dos años no había sido amada de esa forma, los encuentros entre los amantes eran más seguidos, casi dejando un día, se tornaba peligroso, más para ella que vivía en un ambiente de guardas pretorianos al mando de su suegro Fulgencio Arichabala, la atracción de los amantes se originó en las visitas de Fernanda hacia el consultorio de Vito, su pediatra de confianza que atendía a su hija Cayetana, deseaba ser amada a plenitud y él la complacía, ella gustaba mucho de apretar sus manos en los musculosos brazos y prominentes pectorales, ni que decir de ese pene grueso que ansiaba ya ser introducido en su vagina, al entrar abría los ojos con boca también abierta emitiendo exclamaciones y posteriores gemidos, que era acallados por los besos seguidos de su amante, ella se transportaba a otro ámbito, a otra dimensión, a aquella en la que seguramente experimentaba satisfacción a plenitud y a la siempre recurrente sensación de anhelo en un nuevo encuentro, así quedaba las huellas de su cuerpo atlético en la piel de la dichosa Fernanda, por un instante se olvidaba de su vida en esa jaula de cristal con oro en la que estaba sometida en calidad de viuda ante los designios de su suegro, ahora no había que pensar en aquello, ahora era el momento de amar y ser amada, las penetraciones constantes de aquel descendiente de itálicos la hacían jadear, era su momento, su macho, el que la hacía sentir, no sólo que lo hacía por entrega de necesidad de pasión sino porque en realidad en cada encuentro su amor por Vito iba en incremento y él también se lo demostraba a ella, solo había un obstáculo para consolidar la relación, las hijas de Fernanda, en cada encuentro trataban de dar solución a aquello pero primaba el de hacer el amor dejando aquello a segundo plano, solo ...
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