1. MI ZORRA Y SU FOLLADA MAÑANERA CON MI AMIGO.


    Fecha: 03/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Suberina1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... buena eres y cómo follas, golfa!», dirigiéndose a mí para decirme «¿Has visto cómo goza tu mujer conmigo? Le voy a dar polla a todas horas y no voy a parar de follarla nunca. Está buenísima y me la tiene dura desde que llegué». Nuria se levantó, se echó en el tresillo y comenzó a introducir varios dedos en su coño embadurnándolos con la lefa de nuestro amigo y llevándoselos a la boca para chupar toda su corrida y tragársela. Tras la gozosa follada de nuestro amigo «Pitingo» con mi mujer, ésta se marchó a la ducha y proceder a cambiarse de ropa mientras que nosotros dos, aún desnudos y sentados en el tresillo, comentábamos lo acontecido degustando un café que yo acababa de servir, mostrándome José Luis su incontenible alegría por haber podido follarse a Nuria y su deseo de seguirlo haciendo. Tras su relajante ducha, mi mujer marchó a nuestra habitación y desde allí me llamó para que me acercase y consultarme qué juego de lencería me gustaba más para ponérselo por lo que intuí que el asunto aún no había terminado. Le pedí que se pusiese unas medias sexys de color carne que yo le había regalado poco tiempo atrás y que son maravillosas, acompañadas de liguero, y que se volviese a calzar las morbosas botas altas de tacón fino. Aceptó mi propuesta y yo volví al salón para continuar tomándome el café y charlando con José Luis, ambos totalmente desnudos. Poco tiempo después Nuria hizo acto de presencia ante nosotros dejándonos sorprendidos a ambos por su belleza, con el pelo recogido, portando ese conjunto de lencería que yo le había propuesto y tan solo con medias, liguero y las botas, sin sujetador ni tanga, mostrándonos sus encantos en todo su esplendor, lo que hizo que volviésemos a experimentar los dos una nueva e inmensa erección de nuestras pollas al verla. Ella se dirigió a la cocina ante nuestras miradas para servirse un café y volvió al salón a tomárselo con nosotros, sentándose en el tresillo en medio de ambos. Ninguno de los dos cesábamos de mirarla con ojos de puro deseo y fui yo quien tomó la iniciativa, abrazándola por el cuello y comenzando a besar y chupar los pezones de sus extraordinarias tetas mientras que con la otra mano acariciaba su peludo coño. Ella, por su parte, con su mano izquierda comenzó a acariciar la polla de José Luis de arriba a abajo mientras se morreaban y con la derecha hizo lo propio con la mía. La situación derivó en un nuevo calentón de los tres que cada vez iba a más. Mi mujer procedió a ponerse a cuatro patas en el sillón por lo que su coño y su enorme culazo quedaron a la altura de mi cara, pidiéndome que le comiera su almeja, ya mojada de nuevo, mientras que ella agachó su cabeza y comenzó a mamar extraordinariamente el rabo tieso de José Luis, que de nuevo se estremecía por el gustazo que recibía, jadeando y gimiendo de placer mientras que le decía a Nuria «¡No pares, no pares gran puta. Jodeeerrr, qué bien me chupas la polla, zorra. Qué gustazo me das!» y preguntándole «¿Te gusta mi rabo, golfa, te gusta mi ...