1. Anita


    Fecha: 16/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Riseva, Fuente: SexoSinTabues30

    Ese año hice la defensa de mi tesis y obtuve mi título.
    
    Después ordené mi pieza, separé mis cosas en tres lotes. Uno era de las cosas que se quedaban, cosas básicas. El otro con cosas que me llevaba y el último con cosas que iba a regalar, pero las iba a regalar allá. Cosas que no iba a usar por diferentes motivos. Cosas como camisas, poleras, camisetas, remeras, zapatos y zapatillas.
    
    No quise irme antes y preferí irme con mi padres, como siempre.
    
    El 23 a medio día llegamos a la hacienda. Todos sabían y nos estaban esperando.
    
    Saludé a los abuelos y entré a la casa, Jessy me saltó encima, estaba feliz y me llenó de besos. Después fui a la cocina a saludar a Anita que estaba terminando los últimos preparativos.
    
    Sentados en el living llegó Jessy con una bandeja con vasos de bebida.
    
    – Te gusta la mesa? Yo la preparé – me dijo.
    
    – Te quedó perfecta – le dije.
    
    Después del almuerzo Jessy me preguntó si íbamos a ir a la laguna. Le dije que después otro dia.
    
    – Traje todas mis cosas y me voy a quedar los dos meses de vacaciones y todo el año – le dije.
    
    En la noche mis papás iban a dormir en su pieza, yo en la mía y en la última, al lado del baño iban a dormir Anita y Jessy. En la otra ala estaba el dormitorio de los abuelos, el de la Pauly con Ariel y en el último mis sobrinos.
    
    Al día siguiente llegaría la Pauly con su familia y estaría todo listo esperándola.
    
    Los abuelos se acostaron temprano, como siempre, y nosotros nos quedamos conversando un rato más, hasta que mi mamá dijo que estaba cansada y se fue a acostar. Nos despedimos con Ariel y fui a la cocina pero Anita ya no estaba, había sido un día largo y agotador para ella, así que me fui a acostar.
    
    Toda la casa en silencio. Me acosté y apagué la luz.
    
    No habían pasado 10 minutos cuando sentí que alguien se metía a mi cama, era Jessy.
    
    Le hice una seña de silencio y se acostó a mí lado. Le di un beso y le hice cariño en su mejilla. Ella me hijo cariño en mi erección que se produjo cuando la sentí llegar.
    
    – Te eché tanto de menos –
    
    – Yo también y ya no nos vamos a separar más – le dije y me dio un apretón de puro gusto.
    
    – Te amo – me susurró al oido mientras pasaba mi glande por su clitoris.
    
    – No podemos hacer ruido – toda la conversación era rozando mis labios en su oreja y ella hacía lo mismo y más nos exitabamo.
    
    En un movimiento rápido se me subió encima.
    
    – Aaah… – suspiró en mi oído. Sentía su vagina suave, caliente y que me apretaba.
    
    Comenzó a moverse suavemente, con mis piernas dobladas y levantando mi pelvis, hacia un efecto de amortiguador para evitar algún crujido de la cama.
    
    Ella seguía con sus movimientos lentos y profundos, yo le seguía el ritmo. De pronto se puso la mano en la boca para ahogar sus gemidos y después de unas cuantas convulciones se relajó y nos quedamos quietos. Aunque me aplastaba no me impedía respirar por lo que la dejé encima hasta que se quedó dormida. Mi erección estaba igual, pero no me atrevía a ...
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