El pequeño pastor. 4 - Relatos Eróticos

El pequeño pastor. 4

... quede en tu cuerpo o en el de una hermana o hermano — Vi que al rojo estaba interesado en el tema, por lo que hablábamos tenia la pija dura y seguro la tenia igual. Sebastián — ¿entonces cuando te masturbas tu echas tu semen en tu cuerpo o en el de un amigos o amigas? Le sonreí otra vez. David – si me lo pide dios que le de semilla para perdonar su pecado por jugar con su pene o hacer sexo si se las doy — Cuando la plática estaba poniéndose más caliente escuchamos al profesor. Luis – Sebastián, Laura ya vienen por David y Sara bajen — Se me quedo mirando. David – otro día terminamos la plática — Salimos del cuarto y bajamos a la oficina donde ya estaba mi papá con el profesor que le decía. Luis — hicieron su tarea y repasaron algo de matemáticas, hace un momento terminaron y mis hijos los llevaron a conoces sus cuartos — Isaac – a Sara siempre se le dificulta más las matemáticas que a David – Luis — mi princesa es igual pero entre las dos se van a ayudar para mejorar – Poco después entro Laura y Sara.

Isaac – nos retiramos profesor para no molestarlo más, muchas gracias por esta ayuda — Luis — no se preocupe no es molestia me gusta mi trabajo de enseñar a los alumnos — Agarramos nuestras mochilás, nos despedimos de ellos dando las gracias. Al llegar a casa hicimos la oración de la noche cenamos, cuando subimos a los cuartos para dormir Sandra entro al mío. Sandra — pastor David, hiciste algo caliente con el guapo rojo — David — hermana Sara, no hice nada de sexo con él, además si lo hiciera sabes que eso quedaría entre dios Sebastián y yo, ¿a poco tú si hiciste cosas calientes con Laura? — me dio un beso de piquito – Sara — pastor, lo sé solo fue curiosidad, tampoco yo hice nada con Laura, solo me miro desnuda porque me dejo probarme su uniforme de porrista para ver cómo me quedaba — Hizo una pausa y me dio otro beso de piquito agregando. Sara — bueno Laura es igual de caliente y seguro le gusta también el palo, cuando me desnude me toco los pechos y concha un poco, no paso más, pero seguro otro día si terminamos haciendo cosas calientes juntas —- Me dio otro beso de piquito y se fue a su cuarto.

Acá termino el relato que se alargo un poco, en el siguiente loes escribo sobre otras situaciones calientes que va haciendo el pastor con amigos, hermanos y hermanas de la asamblea.

Sebas.