1. Carlota y yo, Clara


    Fecha: 07/10/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Amor clandestino, Fuente: TodoRelatos

    ... solo amigas.
    
    Nos levantamos del sofá. Ella me alarga la mano para que se la dé.
    
    –¿Vamos, cariño?
    
    –Vamos –le digo, dándole la mano.
    
    Cuando me alarga la mano me fijo aún más en su mirada y su rostro. Le brillan más los ojos y tiene las mejillas más ruborizadas y la piel más caliente de lo normal. Al tomarle la mano, también le tomo el pulso y puedo sentir su corazón latiendo más fuerte de lo normal. No es algo muy común eso en alguien que tiene sueño y quiere irse a dormir.
    
    Entonces, llegamos a su habitación. Al entrar, ella deja de caminar y por inercia también dejo yo de caminar. Me mira, ahora sí que con esa sensual picardía cada vez más latente y mordiéndose el labio.
    
    –Antes de ir a dormir... Pienso que... Necesitas relajarte... Y yo sé cómo hacerlo... Quiero relajarte... –me dice, acariciándome la mejilla y el cuello y con un tono de voz que empezaba a descifrar entre cariñoso y seductor. Mi corazón empieza a latir cada vez más fuerte y rápido, se me empieza a erizar la piel y siento cada vez más rubor en mis mejillas.
    
    –¿Relajarme...? ¿Cómo...? –le pregunto. Realmente me quedo sin palabras.
    
    –Ven, cariño... Siéntate –me dice muy dulcemente y a la vez con un tono de voz ansioso y con las mejillas cada vez más ruborizadas mientras me coge de la mano y me lleva hasta la silla de su escritorio.
    
    –Siéntate, cariño –me dice.
    
    Me siento. Yo sentada, ella de pie. Las dos nos miramos fijamente. Ella se agacha un poco para llegar a mi rostro, me acaricia mis delgados brazos con sus grandes manos, me mira fijamente a los ojos y me da un beso en la frente y otro en la mejilla, cerca de los labios. Siento un intenso escalofrío recorriendo mi cuerpo entero.
    
    Lo primero que hace es coger un Chupa-Chup que tiene cerca del escritorio, desenvolverlo y ponérselo en la boca. Acto seguido, procede a quitarse la ropa lentamente delante mío. Se quita los pantalones tejanos, bajándoselos lentamente... Braguitas blancas... Esas largas y fuertes piernas, esos abundantes muslos, caderas, nalgas... Se quita la sudadera negra... Camiseta blanca de lencería con tirantes finos y debajo sujetador también blanco cubriendo sus abundantes pechos, las dos prendas a conjunto con las braguitas... Esas abundantes curvas, a la vez bien proporcionadas... Se pone unas de esas chanclas negras que tiene de cuero y plataforma de cuña... Se suelta el pelo y se lo decanta de sus ruborizadas mejillas, casi acariciándose a sí misma... Su bravía cabellera larga, lacia, castaña, con flequillo recto... ¡Uffff...! ¡Que mujer...! ¡Menuda diosa del Olimpo...! Mi cuerpo empieza a reaccionar ante ella como nunca antes. Siento como mi piel se vuelve más sensible y que se me eriza cada vez más, como va subiendo el rubor en mis mejillas y un calor y brillo febril en mis ojos, como va también subiendo la temperatura de mi cuerpo, como mi corazón va latiendo cada vez más fuerte y rápido, como mis piernas y brazos empiezan a temblar como flanes, como mi estómago se va ...
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