Familia Corrupción y Sexo 32 - Relatos Eróticos

Familia Corrupción y Sexo 32

... amo a mi familia – acertó a decir la niña muy ansiosa, en su cabeza los recuerdos volvían de golpe, empezaba a dudar, sintiéndose agitada.

Verdad – decía Dany dándose cuenta que lo que le hicieron a Jane era alguna clase de hipnosis muy bien trabajada, nada como lo que le hizo él, pero aún así tenía fallas.

Recuerdo a mi mamá, enojada, Rene jugando con los peluches, y a Dany, yo amo a mi hermano Dany – dijo Jane viendo ruborizada a su macho enfrente.

Si, y tu mamá te ama, Rene te extraña, quieren verte, pero te diré una cosa, sus padres, el de Rene y el tuyo no las conocen, todos se fueron cuando mamá estaba embarazada, así que dime ¿Quién es ese papa? Del que hablas – decía Dany sabiendo que las sugestiones se podían romper con lógica o con una fuerte oleada de emociones.

Yo tengo a papi, no, espera, es cierto – dijo asustada la niña dándose cuenta que algo fallaba, si le comenzaría a doler la cabeza, pero en un impulso se abrazaría a Dany de forma instintiva.

Jane, estas bien, ¿sabes quién soy? – dijo tímido Dany tomándola de los hombros porque notaba que el papá de Brit estaba oyéndoles, y se acercaba.

Eres Dany, yo te quiero mucho, mucho, mucho – dijo sin saber porque, pero le salía de su corazón, por lo que el chico le abrazaría afectuoso, sabiendo que recuperaba a su hermanita, quien recordaba más por ese contacto, un aroma nostálgico, regresando a un momento en que su cuerpo desnudo fue recorrido por una aceite haciéndole sentir bien, un olor seductor estimulaba sus instintos, ese toque llegando a cada parte de su cuerpo, haciéndole sentir una calidez sensual que iba desde su vientre a todo su ser, en un placer mezcla de ternura con sensualidad que despertaba los deseos más íntimos, además el olor de su macho liberaba emociones especiales, ella volvía a ser su hembra, deseándole sentir su miembro dentro hasta gemir de pasión, irrumpiendo hasta el fondo, recordando como la desvirgo, ese evento que marcaria su vida, entre gemidos de placer cargados de lujuria, los primeros que dio, se volvían ecos en su mente, reviviendo la pasión, un deseo imposible de suprimir, pues iban acompañados de una sencilla pero profunda marca en su mente, era deliciosa, tan placentera, algo agridulce, le hacía desear repetirlo, viéndose por segundos nuevamente en la sala de su vieja casa, recibiendo aquellas embestidas bruscas, formando un caos en su mente, que le hacía perderse en el deseo, que iba haciéndole olvidar a “papá”, al mismo tiempo regresaba a la niña a la normalidad, al recordar algo tan sensual como su primera vez a manos de aquel niño convertido en hombre frente a él.

Aunque en ese momento, algo desastroso pasaría, el “medico” había decidido ir a “ver” una película, y vigilar que pasaba con su “hija”, odiaba que se juntara con cierta mocosa, la niña del fiscal, aunque no podía actuar a sus anchas porque sus conductas empezaban a ser sospechosas, vecinos o maestros le miraban con dudas, soltando rumores que iban en aumento, para ...