1. Fin de semana de camping con mi vecino en la playa 2.


    Fecha: 04/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Sexo en Grupo Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... cabrón aquel me follaba haciéndome suyo, ¡ohhh! ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba mientras estaba siendo follado por aquel macho.
    
    ¡Te gusta ehhh! Te gusta, ¿eh maricón?
    
    Te gusta la pollita, ¿eh? Me decía clavándome una y otra vez su estaca en el culo.
    
    Claro que me gustaba, y el muy cabrón bien lo sabía. Podía notar como yo levantaba el culito pegándolo todo lo que podía a su pelvis, facilitando de esa manera la penetración.
    
    El cabrón tenía una polla larga, no tan gruesa como la de mi viejo y perverso vecino, pero me estaba haciendo gemir cada vez que me la enterraba hasta los huevos. Notaba como rozaba mi próstata, haciéndome estremecer de gusto cada vez que su polla rozaba aquel punto sensible de mi cuerpo. Esas rozadas de su polla junto a los mordiscos que me daba en la nuca y oreja, me estaban haciendo gimotear de tanto placer como me estaba dando el muy cabrón con aquella follada.
    
    Después de cansarse de follarme teniéndome allí tumbado sobre la toalla, poniéndose de rodillas sobre la toalla sin siquiera haberme sacado la polla del culo, me hizo poner a 4 patas, y así como me tenía, con el pecho recostado sobre la toalla, siguió sodomizándome.
    
    Así maricón así, vamos a llenarte bien el culo de leche. Voy a dejarte bien preñado y dejarte mi semen en lo más profundo de tus entrañas, me decía culeándome salvajemente.
    
    Yo que apenas podía dejar de gimotear, veía como los otros nos estaban mirando, mientras el adolescente de mi vecinito, le chupaba la polla al que me había dado por el culo recostado sobre la mesa, nada más llegar a aquella casa.
    
    Dios, tenía el culo dilatado y abierto a tope, siendo follado por un viejo depredador, que no paraba de ensartarme una y otra vez su polla en lo más profundo de mis entrañas, mientras los otros cabrones nos miraban.
    
    Se escuchaba el plof, plof plof plof, plof, plof plof plof, de su pelvis golpeando mi culito, y los gimoteos que yo no paraba de soltar, y al cabronazo que me estaba follando, gritar:
    
    ¡toma, toma, toma polla maricón!
    
    ¡Te gusta ehhh, te gusta maricón! Me gritaba introduciéndome una y otra vez su verga por el culo.
    
    Dios, no podía más, no dejaba de gimotear, notaba mi culo abierto y como mi pobre polla no dejaba de soltar gotas de líquido preseminal en un chorreo constante, y la pelvis y pelotas de aquel macho, golpeándome el culo con cada arremetida que me daba. Aquel cabrón me iba a reventar, menudo aguante tenía el cabronazo.
    
    Después de llevar ya un buen rato siendo follado, por fin el cabronazo de aquel macho empezaba a gritar que se corría.
    
    Ya, ya ya me corro, ya me corro maricón, ¡ooohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh ohhh que gusto! Gritaba soltando todo el semen dentro de mi culo.
    
    Me había largado varios trallazos de leche, dejándolos en lo más profundo de mis entrañas.
    
    Así maricón así, toma mi leche que te voy a dejar preñado con ella.
    
    Una vez terminó de soltar todo el esperma que contenían sus huevos, mientras se recuperaba, me iba ...
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