1. Un trabajo en la costa


    Fecha: 30/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos

    ... verano, conseguiría el dinero para pagar la autoescuela.
    
    ─ Bueno, si trabajas duro este verano conseguirás el dinero para la autoescuela ─ le dijo con una sonrisa alentadora.
    
    Marcos sonrió también, agradecido por la oportunidad que se le presentaba. El coche de Carmen retomó la autovía, dejando atrás la parada en el área de descanso, el viaje hacia la costa continuaba.
    
    La línea de costa empezó a ser visible en el horizonte mientras se acercaban al destino final. Carmen, algo agotada de conducir, expresó su alivio: ─ Ya estamos llegando, por fin.
    
    Respondió también aliviado: ─ Sí, por fin ─ El camino ha sido una tortura para él, Carmen se había subido un poco para conducir más cómoda, y sus muslos se unieron de forma tentadora con sus senos y no pudo evitar mirarla en más de una ocasión.
    
    El coche siguió por una estrecha carretera hasta llegar a un descuidado chalet bastante apartado de la playa. Carmen sacó unas llaves de la guantera y le dijo a Álex: ─ Toma, abre la cancela para meter el coche.
    
    Álex obedeció y mientras estiraba sus piernas, fue hasta la cancela y la abrió. Después, comenzaron a sacar el equipaje y entraron en la casa.
    
    Carmen soltó el equipaje y le indicó: ─ Ven, te enseñaré tu habitación y el resto de la casa.
    
    Siguiéndola, Marcos recorrió la casa mientras ella le mostraba cada rincón y habitación. Llegaron a una habitación no muy grande y Carmen le dijo: ─ Esta será tu habitación, deja tus cosas ahí. Mañana limpiaremos y podrás acomodar tus cosas.
    
    Marcos observó la habitación y le agradeció: ─ Es perfecta, Carmen. Muchas gracias por todo.
    
    Ella respondió cariñosamente: ─ No tienes que agradecerme nada, más bien yo a ti. Aquí hay bastante trabajo. Ven, vamos fuera, te enseñaré la piscina.
    
    El césped estaba bastante crecido y el agua de la piscina estaba verde. ─ Pues sí que hay trabajo aquí. ─ comentó Marcos.
    
    ─ Bueno, cuanto antes terminemos, antes podremos remojarnos en la piscina ─ dijo ella para animarle.
    
    Él le sonrió, le gustó la idea. Entraron dentro de la casa, limpiaron un poco la cocina y almorzaron. Posteriormente, se dirigieron al supermercado para hacer la compra y prepararse para el emocionante verano que les esperaba.
    
    Ambos recorrían los pasillos del supermercado, Carmen iba delante y Marcos detrás, empujando el carro. La luz tenue del lugar hacía resaltar la figura de Carmen en su vestido, y Marcos no podía evitar observar sus nalgas mientras caminaba. Aunque intentaba disimular, cada vez que ella se agachaba o se movía de manera sugerente, él no podía evitar mirar sus curvas y el escote que se insinuaba bajo el vestido.
    
    Carmen volvió su mirada hacia Marcos y le preguntó con amabilidad: ─ Oye Marcos, ¿qué te gusta comer? Puedes coger lo que quieras.
    
    Marcos respondió un poco nervioso ─ Ah, pues como de todo, no soy delicado para eso.
    
    Carmen sonrió ─ Qué bien, eso me gusta, así no tendré que preocuparme por tus gustos.
    
    Continuaron deambulando por el supermercado ...