1. La puta de tres travestis


    Fecha: 01/10/2024, Categorías: Transexuales Autor: Joana, Fuente: TodoRelatos

    ... que a mi no me gustaban ni los hombres ni las vergas. El primer día transcurrió así, entre bromas e insinuaciones, a las que no les di más importancia.
    
    Al llegar a casa, me vi en el espejo, nunca había pensado de mí como alguien que diera la impresión de ser diferente a un hombre. Soy rubio, llevo el pelo largo, no tengo nada de bello corporal, mi culo si era un poco más prominente, y mis caderas algo estrechas, siempre había tenido problemas a la hora de comprarme pantalones, y en más de una ocasión había tenido que recurrir a tallas femeninas. Pero por lo demás, era un veintañero que no tenía dudas sobre su sexualidad. Reconozco que dormi mal esa noche, y decidí que al día siguiente les diría a mis compañeras que mi nombre era Juan y que me tratarán como a un hombre.
    
    Llegué pronto, y al aparcar el coche, vi a Lorena llamándome desde el otro lado de la calle, en la puerta de una cafetería. Fui a su encuentro y me dijo que allí desayunaban todos los días, las tres juntas. Me senté allí con ellas, y el camarero las preguntó que si yo era la nueva adquisición. Ellas se rieron y le dijeron que aún no, pero que con el tiempo.... Me molesto un poco ser el centro de una broma que no entendía, pero ellas enseguida comenzaron a preguntarme sobre mi vida, mis estudios y se me fue pasando.
    
    Comenzamos la jornada, y Julia y yo conversábamos sobre todos los temas. Me contó su vida, que actualmente no tenía novio ni novia, siendo muy explícita sobre que la entusiasmaban los hombres pero que si una mujer se dejaba encular ella lo hacía con sumo placer. Decía que al ser tan grande a los hombres los intimidaba, y que preferia a los gays, ella se consideraba una mujer pero que su placer máximo lo encontraba al penetrar más que al ser penetrada. Y me dijo y esto no lo tiene cualquiera y bajo sus short, enseñándome una polla enorme, de al menos 15 cm en reposo, oscura y ancha. Supongo que me puse de mil colores al ver aquel aparato. Cuando la guardo me dijo, que si entendía porque la gustaba más penetrar. Decía que la encantaba oír como se rasgaba la piel de un ano virgen cuando metía su aparato.
    
    Como pude disimule que debía de hacer algo, entre la visión de aquel aparato y la conversación, tenía una erección y no quería que Julia se diera cuenta. Cuando después de refrescarme con agua fría, Julia siguió contándome cosas. Lorena era la más antigua, llevaba allí desde que Ana inauguro la tienda, antes había sido prostituta y actualmente tampoco tenía pareja.
    
    —Y Daniela, entró aquí como tú, hace apenas un par de años. Era mi ayudante aquí en el almacén. Muy calladita, vestida de chico como tú. La costó entender su sexualidad, pero pronto descubrió lo que la hacía ser feliz. Todo tiene su transcurso. Ya lo entenderás.
    
    Yo flipaba, no sabía lo que me quería insinuar. Como pude eludi la conversación y me centre en repasar pedidos. Aquel travesti me estaba haciendo pensar en cosas que yo no me planteaba. Como podía ser que Daniela hubiera pasado en 2 años ...
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