1. Mi mujer y yo enseñamos a mi hijastra


    Fecha: 01/10/2024, Categorías: Incesto Autor: El Escriba, Fuente: TodoRelatos

    ... y a provocar en los hombres toda la pasión, excitación y placer que sean capaces de soñar. Marina es cómo yo, y no quiero que pierda un tiempo precioso en prejuicios inútiles.
    
    - Me dejas de piedra, -atinó a responder Pedro-. Eres su madre y me estás pidiendo que me folle a tu hija…
    
    - No es simplemente follar, Pedro. Quiero que me ayudes a instruirla. Que me ayudes para hacerla entender que una mujer como ella posee dos armas muy poderosas: su mente y su cuerpo. Y que con esas armas podrá lograr tener a sus pies a los más poderosos hombres –continuó Judith, a la vez que se incorporó en la cama, acariciando suavemente el pecho de Pedro con sus suaves dedos-. Yo aprendí todo eso dando tumbos en la vida, después de recibir muchos golpes y de varias desilusiones. Quiero que mis hijas lo aprendan de quiénes pueden ser sus mejores maestros: tú y yo –remató.
    
    - La verdad, jamás pude imaginar con algo así, con que tú misma me propusieras algo así –respondió Pedro, el cual, aunque no era capaz de confesarlo, en numerosas ocasiones se había masturbado imaginando tener sexo con su hijastra mayor.
    
    - Marina te gusta, ¿no es cierto? Ves en ella a una Judith con 20 años menos ¿verdad? –preguntó Judith con toda la intención.
    
    - Obviamente, es así. Es como tú. Y su juventud, unida a su indiscutible belleza y a su delicioso cuerpo, hacen que sea una chica muy tentadora –dijo Pedro, que ya empezaba a imaginar las más tórridas escenas con su hijastra.
    
    - Pues yo quiero que, gracias a ti y a mi, aprenda a sacarle partido a todo eso que has dicho, y a su inteligencia, que también la tiene.
    
    Antes de que Pedro pudiera responder, Judith volvió a inclinar su cuerpo sobre el de él, alcanzando con suavidad su ahora flácida polla, a la que le costó muy poco volver a poner en guardia, para volverla a sentir dentro de su cuerpo. Esta vez Judith llevó la iniciativa, cabalgando la tranca de Pedro, primero con suavidad, a través de largos y sinuosos movimientos de su pelvis, para terminar con mucha más intensidad y rudeza, recibiendo de nuevo una buena lluvia de azotes en sus nalgas, al tiempo que ambos volvieron a sentir, casi al unísono, el inmenso placer que un largo e intenso orgasmo, les proporcionó.
    
    La propuesta estaba hecha. Pedro, como era evidente, aceptó el envite. Todo se pondría en marcha muy pronto. El cumpleaños de Marina estaba por llegar, y Judith le tenía reservada la más dulce y placentera de las sorpresas.
    
    (continuará… si así lo queréis). 
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