Mi mujer y yo enseñamos a mi hijastra
Fecha: 01/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: El Escriba, Fuente: TodoRelatos
Inicio una nueva serie de relatos con esta familia que, así lo espero, puede darnos grandes momentos. Pero deberéis ser pacientes para leer las siguientes historias de esta serie, inicio mis vacaciones y necesito desconectar y relajar cuerpo y mente, cargar las pilas y esperar unos días para volver a escribir, con ideas renovadas y, eso espero, alguna nueva experiencia que intercalar en los relatos.
Feliz verano a todos y gracias por vuestras lectura
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A veces la vida nos conduce por los caminos más inexplicables y sorprendentes. A veces la vida nos hace regalos que nunca habríamos pensado que podríamos recibir y que, ni en nuestros más tórridos sueños, podríamos haber llegado a imaginar.
Esta es la historia de un amigo. La voy a contar tal y cómo él me la contó a mi. No le resultó nada fácil contármelo. Sólo después de mucha confianza, y mucho alcohol ingerido, fue capaz de contarme, con pelos y señales, todo lo que, a partir de estas líneas, os voy a relatar.
Voy a salvaguardar la identidad de mi amigo porque, como decía aquél, los caminos del Señor son inescrutables, y los de los lectores de estos relatos, también. Por eso, mi amigo se va a llamar Pedro.
Pedro ronda los 40 años. Es un tipo normal: altura media, moreno, ojos oscuros, cuerpo medio (ni demasiado delgado ni demasiado grueso). Es un tipo, como digo, normal. Y como cualquier tipo normal, su imaginación, cuando de sexo se trata, siempre le pide ir más allá, buscar un punto más, una vuelta más. Así somos los tipos normales.
Pedro había tenido una vida sexual rica y prolija. En sus idas y venidas con distintas mujeres conoció a Judith. Judith es una mujer algo más joven que él, de larga melena morena, su cabello liso y suave siempre ha sido una invitación a enredar los dedos en él. Su rostro está alumbrado por dos preciosos ojos que, en combinación con el resto de su cara, denotan a la vez determinación, seguridad, confianza y atrevimiento. De estatura mediana, es una mujer de cuerpo delgado, con bonitos pechos y aún mejor culo. Ella es sabedora de sus características y puntos fuertes, y sabe explotarlos. Cuando camina nunca deja indiferente a nadie, y su gestualidad acaba de resolver las dudas que pudiera haber.
Otra de las características de Judith es su pasado. Hasta poco tiempo antes de conocer a Pedro, Judith se había ganado la vida, muy bien ganada, todo hay que decirlo, ejerciendo como chica de compañía de alto standing. Su físico, su belleza y su desparpajo la permitían seleccionar muy bien a los caballeros a los que acompañaba a cenas, viajes y demás eventos y a los que, obviamente, terminaba follándose. No siempre percibía un pago en dinero por sus servicios. Judith siempre ha sido amante de la buena ropa, los zapatos caros y los más lujosos bolsos. Ella nunca se definió como puta, sino como escort de lujo que, sólo cuando a ella realmente le apetecía, se dejaba follar por su cliente.
Pero vamos con más ...