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La cena con los vecinos
Fecha: 29/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
Continuación de ‘El vecino’. Habían pasado cuatro días desde que Ana y Luismi echaron el polvo en casa de ellas. Aquel día, antes del encuentro entre ambos, Silvia, la mujer de él, le había comentado que le gustaría invitarla a cenar antes de que se marchara de nuevo a Madrid. Y hoy era el día elegido para cumplir esa invitación. Ana sentía sensaciones contradictorias. Por un lado era un muy "heavy" aceptar la invitación de la mujer de un tío que le había partido el culo unos días antes. Por otro, era tremendamente morboso acudir a cenar con el marido infiel y la mujer cornuda. Al pensar esto último sintió um escalofrío por su espalda. Se sintió una auténtica puta. En cualquier caso, había aceptado y a las 10 de la noche debía subir al primero C para cenar con aquellos vecinos. Imaginar que pudieran cenar los tres en el mismo lugar donde Luismi se deleitaba observando como ella se masturbaba mientras tomaba el sol era excitante. Notó como su coño rasurado se humedecía. Sentada en el sofá frente a la televisión mirándola pero son verla. Cinco minutos después de la hora señalada, Ana se encontraba frente a la puerta de sus vecinos. Ahora dudaba de la conveniencia de haber aceptado. No había hablado con Luismi respecto a esta cena. Se limitó a aceptar la invitación formal que le propuso Silvia dos días antes. Ana, un tanto cortada, lo había hecho de manera precipitada. No quería estar demasiado tiempo sola con una mujer a la que ella había convertido en cornuda. Ahora se arrepentía de su indumentaria, una falda corta floreada y la parte de arriba del bikini con el que solía tomar el sol en su terraza. Aquella idea morbosa de provocar a su vecino ahora le parecía una auténtica cabronada. Por fin se decidió a llamar a la puerta. Le abrió Luismi. Ana quedó paralizada durante unos segundos. Él vestía la misma camiseta que cuatro días antes cuando le dio por culo y un bañador azul. La saludó efusivamente y le dio dos besos en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios. -¿Qué tal Ana? Gracias por aceptar la invitación. Estamos encantados El hombre hablaba como si no hubiese pasado nada entre ellos, lo que tranquilizó bastante a la joven médico: -Te estábamos esperando Ana -dijo Silvia antes de saludarla con otros dos besos. Como había imaginado la chica, la hicieron pasar hasta la terraza de aquel piso donde habían dispuesto una mesa con tres sillas y sobre la cual se acumulaban distintos platos con pequeñas raciones. Se sentaron sin ningún orden aparente aunque dejaron que Ana ocupase la silla más cercana a la barandilla y Silvia la más cercana al interior del piso. A medio camino de ambas, Luismi: -¿Bebes vino? - Le preguntó el hombre a la invitada. -Sí, pero una copa nada más. Luismi vertió el Rioja sobre la copa de Ana y luego sobre la dos restantes: -Bueno ¿brindamos, no? Por la doctora Ana. -E hicieron chocar sus copas. -Bueno, me queda aprobar dos exámenes en septiembre aún. Silvia se interesó ...