El repetidor, yo y mi madre (12) - Relatos Eróticos

El repetidor, yo y mi madre (12)

El repetidor, yo y mi madre (12)

-Te queda genial y me gusta que seas tan obediente- me susurró, con voz sensual, Isa tirando de la goma de mi tanga.

-Gracias- contesté nervioso- Isa...Manu quiere que vengas está tarde a casa-

-¿Y a mi que me importa lo que quiera ese imbécil?-

-Dice que quiere hablar sobre nuestra relación-

-Me da igual, no pienso ir. Le puedes mandar a la mierda de mi parte-

-Por favor Isa, solo quiere hablar contigo. Si no vas seguro que se enfada y lo paga conmigo y mi madre-

-Esta bien, lo haré por tí. Pero que no piense ni por un segundo que vamos a follar de nuevo-

-Gracias-

-De nada. Pero me debes una- me dijo sonriendo y dándome un pico.

Sonó el timbre del portal. Yo me levanté a abrir, estaba sentado en el suelo a los pies de Manu, junto a mi madre. Tanto ella como yo llevábamos un tanga como única ropa.

Cuando abrí la puerta, estaba muy nervioso y avergonzado debido a mi desnudez.

-Hola- Saludé tímido

-Hola, te queda muy bien la ropa, se nota cómoda- me dijo Isa con tono de burla y me dio un beso.

-Esta en el salón- le dije- Tranquila no te hará nada-

-Estoy tranquila, no tengo miedo de ese cerdo. Vamos- me dijo agarrando mi mano.

Entramos en el salón, Isa se sentó en el sofá que quedaba libre y me indicó que yo me sentase a su lado.

-Buenas tardes- Le saludó Manu- ¿No hay dos besos para tu suegro?- preguntó

-¿Qué quieres?- preguntó Isa con sequedad.

-Que seria. Solo pasar una tarde tranquila en familia-

-Dejate de cuentos ¿Para que coño querías que viniese?-

-Que poco me gustan las mujeres cuando os ponéis así, tan a la defensiva y enfadadas- dijo Manu -Suerte tener a mi zorra que no es así, solo vive por mi placer ¿Verdad?- añadió acariciando el pelo de mi madre.

Mi madre asintió mirándole a los ojos, sonriente, arrodillada.

-Chupame el rabo zorra, qué tu nuera vea cómo deben portarse las mujeres-

Mi madre no se hizo esperar y bajo el pantalón de Manu, empezó a chupar y morder su rabo sobre el boxer, mirando a sus ojos, con adoración y sumisión, sin dejar de sonreír como un cachorro.

-No te equivoques, que ella sea una zorra que no sabe hacer otra que meterse tu polla en la boca, no significa que todas seamos así. Algunas tenemos personalidad y nos respetamos a nosotras mismas. No todas somos así de putas-

-¿Te parece normal insultar así a la madre de tu novio en su propia casa?- preguntó Manu- No me gusta esta chica para mí hijastro eh, que falta de educación-

Isa me apretó la mano muy enfadada, pero las palabras se atragantaba en su boca.

-Martin, trae algo a tu novia para beber, seguro que eso le calma esos nervios y trae otra cerveza para mí -

Me levanté y fui a la cocina a por dos cervezas, aproveche la soledad para tratar de calmarme yo también, pues la situación me está a poniendo muy nervioso y asustado.

Cuando regresé al salón le di su cerveza a Manu y traté de ir de nuevo al sofá junto a Isa, pero él me detuvo tirando ...