1. Una familia peculiar II.


    Fecha: 24/09/2024, Categorías: Incesto Lesbianas Autor: holograma, Fuente: SexoSinTabues30

    El día viernes era el indicado para que viniera Sandra con sus hijas para llevar adelante juegos sexuales salvajes, estaba verdaderamente muy ansioso por eso, pero el jueves vino Sandra a limpiar mi casa, adelantó el día para dejar libre el fin de semana entero. Ella también estaba muy ansiosa, así me lo hizo saber, acerca de que yo tuviera contacto sexual con sus hijas.
    
    -Sos entregadora de tus propias hijas, putita de mierda, le dije con una sonrisa.
    
    -Como si a vos no te gustara la concha de tu madre, viejo puto.
    
    Me encanta, quiero comerme a esas nenitas y sobre todo que vos me estés mirando, me caliente más.
    
    -Sí, sos bien perverso, te gustan las cosas retorcidas.
    
    – ¿Como si a vos no te gustaron?
    
    -Me encantan, sabes que soy muy puta, vos ni siquiera te habías dado cuenta. No sabés las pajas que me hacía cuando vos venías a casa los fines de semana y te recogías a mi vieja.
    
    – ¿En serio?, pregunté.
    
    -Por supuesto.
    
    Ella siguió limpiando y cuando calculé que estaba terminando le dije que si quería que le hiciera algunos mates y me dijo que sí. Ella estaba finalizando de asear mi habitación y yo me fui hacia la cocina a preparar la infusión. Estaba haciendo los preparativos cuando escucho su vos que me dice:
    
    – ¿Y esto? ¿de qué se trata? ¿te gusta que te rompan el culo? Sos un viejo puto y traga leche.
    
    Me di vuelta y la vi con un arnés y un consolador de 17 centímetros y casi cinco y medio de ancho.
    
    -Eso lo usaba tu vieja conmigo, se lo ponía y venía con la verga puesta, era mitad mujer y mitad macho. Ella quería que yo fuera su puta y me daba verga por el ojete durante unos quince minutos cada vez que cogíamos. A ella se le ocurrió eso viendo una peli porno, al menos eso me dijo.
    
    -Mirá mi vieja, la gran putona, le gustaba darte por el culo.
    
    – Sí, y a mí me gusta, para que te voy a mentir.
    
    – ¿Me vas a dejar a mí que te rompa el orto?
    
    -Por supuesto, no te queda ninguna duda, vos y tus hijas pueden hacer lo que quieran conmigo. Mañana me podés coger delante de tus hijas y le vas contando, seguro que, si nos ven hacerlo a nosotros delante de ellas, va a resultarle normal y me lo van hacer ellas a mí.
    
    – ¿Sí?, preguntó con ojos lujuriosos.
    
    -Sí, Sandrita, y si querés me disfrazo de mujer, cosa que a tu madre le gustaba y mucho. Te diría que le encantaba, se ponía totalmente loca.
    
    -No, mañana no, pero habrá un próxima entre vos y yo solos que si quiero que te disfraces de mujer.
    
    -Bueno, traeme la ropa y ya vas a ver que “linda” me pongo para vos.
    
    Después de la charla que tuve con Sandra, ella se fue. Me había quedado muy caliente por la conversación y estaba desesperado esperando que pasen las horas para que llegara al viernes. Y el viernes llegó. A eso de las seis de la tarde sonó el timbre de mi casa, fui a abrir y estaban las tres paradas en la puerta, hubo un saludo muy afectuoso entre los cuatro. Lo que me marcaba que Sandra ya había hablado y bastante con sus hijas acerca de lo que nos ...
«1234»