Regresando a casa
Fecha: 19/09/2024,
Categorías:
No Consentido
Autor: Senbei, Fuente: TodoRelatos
Hola a todos, me llamo Elena y esta es la historia del peor día de mi vida. Tengo 23 años y me he decidido a relatar lo que me pasó hace unos meses. Había quedado con unos amigos, y volvía a casa un poco tarde en el metro. Durante el viaje me entraron unas ganas tremendas de ir al baño, y al llegar a mi estación corrí hacia el baño público. Tenía tanta prisa por llegar al baño que ni me di cuenta de lo solitaria que estaba la estación, no había ni un alma.
Conseguí llegar a tiempo al baño, por suerte, pero al ir a salir de ahí empezó mi pesadilla. Un hombre alto y corpulento, con jersey y pantalón negro y con un pasamontañas en la cabeza estaba frente a la puerta del cubículo, dentro del mismo baño y me apuntaba con una pistola. Del susto me eché para atrás, me caí y terminé sentada en la taza del váter.
-Como hagas un solo ruido, te disparo y se acabó todo para ti. Asiente con la cabeza si lo has entendido.- Me dijo con una voz profunda y autoritaria.
Asentí con la cabeza, con lágrimas en los ojos y llorando. Mido 1,56 cm así que desde mi punto de vista ese hombre alto y corpulento se veía como un gigante. Estaba segura de que ni siquiera hubiera necesitado el arma para matarme de un solo golpe. No sabía que iba a pasar conmigo en ese momento, así que no podía hacer otra cosa que llorar, tratando de no hacer ningún ruido.
-Ahora levántate y quítate toda la ropa.- Dijo mientras entraba en el cubículo conmigo y cerraba la puerta con el seguro.
Mis ojos se abrieron el doble, acababa de darme cuenta de lo que quería y estaba totalmente asustada, tanto que me paralicé.
-Si tengo que quitártela yo, irás a tu casa desnuda, porque te la voy a arrancar y hacerla tiras.
Temblando como una hoja, empecé a desabrochar mi blusa blanca. Me la quité mostrando mi sujetador y la colgué del gancho que había dentro del baño. Llevaba también una falda negra suelta que me llegaba a medio muslo, la desabroché también y me la quité, dejándola también en el gancho. En ese momento estaba frente a ese hombre desconocido, al que no le veía ni el rostro y solo llevaba puesta mi ropa interior blanca.
-Está bien, no te quites más aún, quiero disfrutar de esta ropa interior tan bonita que llevas.- Dijo mientras se acercaba a mí, sin dejar de apuntarme con la pistola.
-Si te portas mal, o intentas algo, vas a salir muy mal parada, no lo dudes. Se una buena chica y será mucho mejor para ti.- Me susurró en el oído.
No se que tenía esa voz, que penetró en mi mente y se apoderó de mí. Me quedé paralizada y en lo único que podía pensar era en hacer todo lo que él dijera y que se terminara todo lo antes posible. Mientras, él guardó su pistola en la parte trasera de su pantalón, totalmente fuera de mi vista. Entonces comenzó a recorrer mi cuerpo con sus manos.
Acariciaba mis grandes pechos por encima del sujetador, a la vez que comenzó a lamer mi cuello. Y el cabrón encima lo hacía bien, hasta tal punto que consiguió que mi cuerpo empezara a ...