En el jardín - Relatos Eróticos

En el jardín

Los años han ido pasando y el sexo ha bajado de frecuencia pero no de intensidad y los juegos y el morbo siguen siendo uno de los motores de nuestros encuentros sexuales. Los que nos hayan leído sabrán que la playa es uno de nuestros lugares fetiches y donde ella más se deja llevar por sus fantasías. Cuando no podemos ir a nuestra playa uno de los sitios que más nos gusta para practicar el sexo es el jardín de nuestra casa. Vivimos en una casa dentro de una urbanización con un pequeño jardín y las casas de nuestros vecinos a los lados. En nuestro caso , el frontal está tapado con un alto y frondoso seto y con unas vallas con brezo y tela de ocultación a los lados. Esto te da una cierta intimidad pero no impide que los vecinos desde sus ventanas, o bien si se hacen por asomarse, puedan verte.

En todos los años que levamos viviendo allí hemos tenido los mismo vecinos con los que mantenemos un muy cordial relación y hemos visto crecer a nuestros hijos hasta hacerse adultos y volar del nido. No lo sabemos seguro pero si lo imaginamos que en algún momento nos habrán visto desnudos o incluso jugando y follando pero la educación y la discreción creemos han primado. Algún ruido, algún murmullo, alguna persiana o movimiento de algún mueble nos hacen pensar eso. En esos momentos lo que hacemos es retirarnos un poco más dentro, a una zona en la que si nos quieren ver es ya por que lo están buscando por lo que ya es un problema de ellos, no nuestro.

Por ejemplo en verano la rutina al llegar de la playa es quitarse el bañador en el jardín, darse una ducha para endulzarnos y colgar los bañadores a secar. Paseando desnudos por el jardín desde la zona de la ducha hasta el tendedero. También hacemos el mismo recorrido cuando volvemos de la piscina y nos quitamos los trajes de baño mojados, estar desnudos es algo normal para nosotros y no nos exhibirnos para que nos vean los vecinos es simplemente no ocultarnos dentro de nuestra casa sabiendo que si nos ven es porque nos quieren ver.

El caso es que disfrutamos del morbo y del aire libre y el sol. A mi mujer por ejemplo también le encanta tomar el sol y que mejor que en una tumbona desnuda en su jardín . Busca la mejor posición, dependiendo de la hora para estar lo más cómoda posible y disfrutar de un relax total. Yo en esos momentos puedo estar tumbado a su lado o simplemente sentado más a la sombra simplemente observándola y disfrutando de su desnudez y de su desconexión del mundo. O a lo mejor estoy fuera y me la encuentro así al llegar de trabajar, cosa que os puedo asegurar me encanta. Llegar a casa y encontrarla desnuda, relajada, caliente húmeda y receptiva. En fin que nos encanta disfrutar de nuestro pequeño jardín y del aire libre.

Evidentemente hemos follado muchas veces allí y puedo asegurar que todas las ocasiones han sido muy placenteras. Con su culo en pompa de rodillas en una silla, apoyada en un macetero, en la sombrilla o en la puerta de salida a las zonas comunes, siendo este un lugar ...