1. El vagabundo y su dama


    Fecha: 15/09/2024, Categorías: Gays Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... sí quería que se corriera en mi boca. Y es que en esos momentos estaba tan caliente, excitado y me sentía tan guarro, que estaba dispuesto a todo.
    
    Cogió la polla con su mano el vagabundo, empezando a menear su polla mientras me decía que le acariciara los huevos y abriera bien la boca. Abre bien la boca mi amor, y sigue acariciándome los huevos.
    
    Así mi amor, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! Abre la boquita que ya me voy a correr, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh me corro! ¡ooohhh me corro! Toma, toma mi amor, toma tu lechita.
    
    Y abriendo la boca todo lo que podía, fue eyaculando el vagabundo su semen sobre ella.
    
    Me había dejado 3 chorros de esperma sobre la lengua, y uno que fue directo a mi garganta. Chupé y saboreé aquel esperma que salía de la polla del vagabundo, terminando por tragarlo todo.
    
    ¡Ohhh mi damita! ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto me has dado!
    
    Después de dejarle la polla sin una gota de semen, me levanté incorporándome sobre la bañera y abrazado a él, me estuvo saboreando la boca y mordiéndome el cuello, mientras con su mano me pajeaba la polla para que me corriera.
    
    Córrete mi amor, córrete. Quiero que te corras, no quiero que te vayas con ganas de follar y los huevos calientes, me susurraba el vagabundo, mordiéndome el cuello mientras me iba pajeando.
    
    Me empezaron a temblar las piernas, y abrazándome más a él, empecé a gritar que me corría. Me corro, me corro, gritaba, empezando a escupir semen por mi polla.
    
    Había soltado 4 chorros de semen sobre las piernas del vagabundo, mientras me abrazaba fuertemente a él, sin dejar de temblarme las piernas.
    
    Así mi amor, así, suelta tu lechita, me decía sin dejar de pajearme y morderme en el cuello.
    
    Cuando nos dimos recuperado y de nuestras pollas ya no salía ninguna gota de semen, el vagabundo cogiendo el maneral de la ducha, abrió el grifo empezando a salir agua por el maneral, mojándonos los pies.
    
    Joder, sí que salía el agua con bastante fuerza, y por supuesto fría cómo el demonio. Tranquilo mi amor, que solo es un momento para lavarnos un poquito.
    
    Dios, se me habían encogido los huevos cuando empezó a echarme agua por la cintura abajo. Me ordenó que abriera las piernas, y después de mojarme el culo, metió el maneral por entre mis piernas, haciendo que me pegara de lleno el chorro de agua sobre el agujero del ano y los huevos; la hostia, aquello me estaba haciendo cosquillas en el ano y los huevos; entre lo frío que estaba el agua, la fuerza del chorro y lo esparcido que salía el chorro, aquello me estaba haciendo unas cosquillas que me hicieron gemir y agarrarme a sus hombros. Le mordí los labios, pidiéndole que parara, para, para que me haces cosquillas, y el agua está muy fría.
    
    Por fin cerro el agua, y cogiendo una toalla que había, me secó primero a mí, para luego secarse él.
    
    Cuando terminamos de secarnos, volvimos a donde él dormía, nos tapamos con la manta para entrar en calor, y luego de un rato donde estuvimos hablando de volver a quedar para ...
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