1. Madre e hija me utilizan de muñeco de prácticas-7


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Marco, Fuente: TodoRelatos

    ... puse bien dura.
    
    Se hizo un silencio entre nosotros antes de empezar a reir por el inesperado comentario de la "chica tímida". Varias personas del local nos miraron por el repentino ruido.
    
    - Shhht, bajemos el tono que os tengo que admitir otra cosa.- susurré haciendo gestos para que se acercaran.- Ahora también la tengo bien dura.
    
    Paula se puso las manos en la boca para no reirse en alto otra vez mientras que Sara se limitó a mirarme cual pantera. A los pocos segundos noté su pié desnudo palpando con pericia mi paquete.
    
    - Es cierto, no miente.- susurró a su hija antes de apartar el pié.- Compruébalo tu misma.
    
    Yo miré a Paula invitándola a que lo hiciera, Paula nos miró a ambos para chequear si íbamos en serio.
    
    A los pocos segundos apoyó lentamente su mano en mi muslo y fue palpando con disimulo antes de tocar hierro. Su tímida mano fue ganando en confianza mientras sus ojos me miraban con incredulidad.
    
    - ¿Pero dónde vas así de duro?- me preguntó sin dejar de sobarla- Que ésto es un sitio público.
    
    - Es normal, está contento de estar aquí con nosotras. ¿Verdad, cielo?- dijo Sara con cara de depredadora.- Con su novia y su suegra.
    
    - No me puedo quejar.- dije apoyando la espalda en el respaldo de la silla para facilitar que me siguieran palpando.
    
    Paula parecía estar en su mundo, me miraba a los ojos mientras su mano no dejaba de masajear mi paquete. Su madre, mientras, se había desabrochado un solo botón del jersey sin dejar de disimular.
    
    Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho como mi polla debajo de la mano de Paula. Alargué la mia lo suficiente para colocarla encima del muslo de ésta, ella respondió poniendo su mano libre encima.
    
    Poco a poco me guió hasta sus adentros para hacerme notar su humedad.
    
    - No eres el único que está cachondo.- susurró
    
    - Vale, hora de irse.- dijo de golpe Sara con voz de madre.- Vamos a casa.
    
    Joder sí, vamos a casa.
    
    Con un dolor en el abdomen brutal acompañé a aquellos dos bellezones hasta el párking donde teníamos el coche.
    
    - Ya conduzco yo, vosotros sentáos detrás.- ordenó Sara antes de subirse en el asiento del conductor.
    
    Paula y yo nos miramos antes de obedecer. A los pocos segundos ya estábamos besándonos apasionadamente mientras estrujaba cada parte de su cuerpo. Sara hacía de chófer atendiendo más su retrovisor central que la carretera.
    
    - Chúpasela ahora.- dijo casi instintivamente - Ya que el otro día te quedaste con las ganas.
    
    Paula me miró a los ojos como si necesitara mi permiso, yo se lo dí al instante. A los pocos segundos ya había liberado a la torre Eiffel y había empezado a lamer los Campos Elíseos.
    
    Así que allí me encontraba yo, en la parte de atrás de un amplio y cómodo coche con los cristales oscuros, la polla en la boca de un ángel y la diosa de su madre conduciendo hacia el altar del pecado.
    
    La vida, a veces, puede ser maravillosa.
    
    Paula me demostró sus mejoradas aptitudes orales durante todo el trayecto mientras yo la iba premiando ...
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