Memorias de un adolescente - Relatos Eróticos

Memorias de un adolescente

... lo decía y menciono que tenía más de una semana sin hacerlo, me dijo que se estaba esperando para hacerlo conmigo, me gustó pero también me sorprendió al saberlo.

Le pregunté por qué se espero, me dijo que últimamente lo disfrutaba más conmigo, con mi compañía, que en parte le gustaba hacerlo frente a mi (mientras me lo contaba note una mirada de lujuria y perversión acompañada de una sonrisa) y como también nos hemos masturbado frente a otros amigos el gusto de ser vistos era algo que le gustaba a el como a mí, solo que conmigo por la confianza le gustaba aún más, le dije que me pasaba lo mismo solo que yo no dejo de darme placer tanto tiempo, el me dijo que sabía bien lo mucho que me gusta masturbarme, y la conversación se fue desviando a un tema que me daba miedo hablar con el, me preguntó si alguna vez he tenido curiosidad de tocar un pene que no fuera el mío, pues el sabía que me masturbaba con otro amigo que ya no estaba en la escuela en esos días, y con un primo mayor que yo, el por otro lado lo hacía con un primo casi dos años menor, yo le dije que su pregunta era muy rara y le pregunté lo mismo que el a mí y el me dijo que tal vez, por curiosidad lo haría pero no tiene confianza de hacerlo con alguien más y solo lo haría con alguien con quién el confía pero el piensa que esa persona se negaría, le pregunté quién era esa persona y el me respondió con una mirada y una sonrisa hacía mi.

Yo sonreí, el me dijo somos mejores amigos, nos hemos bañado juntos y nuestros penes se han rozado estando duros, nos hemos visto todo por eso pensé en ti pero sino quieres, te entiendo, yo respondí, si amigo, por mi, está bien la verdad es que me siento igual que tú, le dije y el se mostró aliviado al saber que no me negaría solo que mientras el sentía curiosidad, yo sentía morbo y deseo.

En el jardín nos tocamos, sin prejuicios, sin pena, fue mutuo, fue increíble sentir su mano tocando mi pene y más aún la mía acariciando el suyo, me tenía muy excitado, el solo tocaba y acariciaba saciando su curiosidad pero noto mi excitación, al preguntar, fui honesto le dije que se sentía rico y el respondió, es que también siento lo mismo, lo tienes muy rico y bonito, yo respondí que el suyo era apetitoso y muy bonito, la verdad es que siempre y a la fecha me ha parecido el pene más hermoso que yo haya visto.

Nos fuimos a mi habitación, nos acariciamos mutuamente, pero fuimos más allá de nuestros genitales, nos acariciamos todo el cuerpo del otro realmente exploramos nuestros cuerpos además de los genitales del otro, pero lo mejor estaba por venir, nos masturbamos mutuamente, con la mirada fue el consentimiento, estábamos envueltos en excitación y placer, el final fue aún mejor no recuerdo desde entonces sentir una erección tan dura y una eyaculación tan potente y abundante en semen como la que yo tuve ese día, el paso por lo mismo pero en definitiva fue increíble, quedamos salpicados con el semen del otro, nos acostamos en mi cama sin decir nada durante ...