1. Isabel, te follaba una y otra vez 2/9


    Fecha: 09/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos

    ... comenzó a besarla en los labios. La mano de ella la sintió de repente en su polla, agarrándola con fuerza y masturbándola. La mano de él fue hacia el pecho de ella, a jugar con los pezones. Carlos aún no se acercaba a la entrepierna de ella, iba a dejarla descansar un poco del orgasmo, no sabía cuál era su sensibilidad, aunque seguro que la estaba subestimando como le pasaba casi siempre. Iba a ir en busca de su coño pero ella se le adelantó y fue en busca de su polla y comenzó a tragársela.
    
    La chupada de lado, restregando el glande contra los carrillos de ella, se la sacaba con un sonido de succión y volvía a tragársela. Poco a poco fue cambiando su posición para facilitar la mamada y Carlos hizo lo mismo hasta acabar el de rodillas sobre la cama y ella a cuatro patas. No parecía una posición especialmente cómoda para chupársela, pero bueno, ella la había elegido. Carlos la veía desde arriba chupándosela usando sólo su boca, ambas manos apoyadas en la cama y con el increíble culo moviéndose al son de la mamada; echaba el cuerpo adelante y atrás para realizar la mamada y esas nalgas se movían a ese ritmo, era algo hipnótico y hermoso de ver. Carlos llevó una mano hacia ese culo y le dio un azote, tras recibir un gemido como respuesta, introdujo la mano entre el tanga y el culo. Ese tanga sólo era una molestia.
    
    Sus dedos volvían a recorrer los pliegues de su vagina, la piel de ella se erizó al sentir la mano adentrarse en su tanga y comenzó a contonear sus caderas con cada caricia. Los dedos dejaron de explorar las inmediaciones y se introdujeron en la caverna húmeda, primero uno y tras un minuto introdujo un segundo dedo. Siguieron dándose placer mutuamente variando las cadencias de ambos, cuando Carlos masturbaba más rápido a Isabel ella ralentizaba su mamada y cuando ella aceleraba su mamada él dejaba los dedos quietos. Al final los dos llegaron a una suerte de equilibrio en el cual los dos se daban el placer suficiente para que el otro le diese el placer suficiente. Carlos estaba durando sin correrse bastante y eso empezaba a impacientarle, así que decidió concentrarse en él. Sacó los dedos de dentro de ella y fue recostándose en la cama hasta quedar sentado con la espalda en el cabecero y la cabeza de Isabel subiendo y bajando en su entrepierna.
    
    -Joder, chupa bien que ya va siendo hora de que me corra.
    
    Isabel aceleró su mamada al oír esas palabras, debía tener ya las mandíbulas doloridas tras tanto rato chupándosela pero no daba señales de ello. Carlos llevó una mano a la nuca de ella y con la otra agarró una teta para entretener esa mano. Carlos echaba la cabeza hacia atrás y bufaba con la mamada de Isabel, parecía que al fin veía luz al final del túnel. Isabel lo notó y se aplicó más aún a la mamada, parecía orgullosa de arrancarle bufidos a su amante. Carlos notaba un orgasmo acercándose, pero no sería uno especialmente bueno, sería uno pasable, sería el primero de la noche, o eso esperaba.
    
    -Sigue, tía. Que ya me voy a ...
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