1. Con mi novio en el gloryhole


    Fecha: 09/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, me llamo Daniela, soy una joven de 23 años, soy muy activa sexualmente, pero mi novio es un poco paradito, es decir, un soso en la cama. Tras mucho tiempo intentándolo por fin he conseguido convencerlo para empezar a probar cosas nuevas. Yo soy rubia, mido 1,70, buen cuerpo delgado y trabajado en el gimnasio, con buenas piernas y un buen culazo que siempre luzco con unos leggings apretados. Mis tetas son bastante grandes, una talla 100, grandes y bien puestas. Mi novio se llama Jorge, tiene 25 años, mide 1,80 es delgado y fibradillo, sin llegar a estar cachas. Su polla no es enorme, pero sabe manejarla, unos 16cm gordita, circuncidada y con buenos huevos.
    
    A mi me gustaría hacer un trío con dos tíos, hacer una orgía o ir a locales de intercambio de parejas, pero creo que es demasiado pronto para él, es mejor empezar poco a poco para que no se asuste y le vaya cogiendo el gusto. Para empezar suave, lo he convencido para que vayamos a un sexshop, de esos que tienen cabinas con gloryholes, ponernos en cabinas contiguas y mamársela a través del agujero en la oscuridad, sin ver nada ninguno de los dos.
    
    Ya se que es algo muy suave, pero creo que puede molar, como un juego, una fantasía de mamársela sin velo, creo que puede ser algo morboso y una buena introducción a este mundillo.
    
    Por suerte, aquí en Barcelona, donde vivimos, hay muchos de estos sexshops. Elegimos uno que está por el centro, un sexshop que yo ya había visitado en otras ocasiones. Entramos y tras saludar al dependiente, nos dirigimos al fondo del local. Allí había un pasillo oscuro con cabinas a ambos lados. Prácticamente no se veía nada, solo una pequeña luz roja sobre cada una de las puertas. Si la luz estaba apagada significaba que la cabina estaba vacía, si estaba roja es que estaba ocupada.
    
    Encontramos dos cabinas vacías y contiguas a la mitad del pasillo.
    
    - Venga cari, es la hora de pasarlo bien -Le dije con voz sensual mientras acariciaba el bulto que se dibujaba por debajo de sus pantalones-
    
    - Venga vale, en menudos líos me metes.
    
    Nos metimos cada uno en una de las cabinas y cerramos las puestas con pestillo. Para estar en esas cabinas solo había una norma, mientras estuvieras dentro, tenías que meter monedas cada cierto tiempo en la máquina para que se encendiera el porno de la pantalla. Si la pantalla se apagaba y no echabas una moneda, el dependiente te llamaría a la puerta para que te fueras.
    
    Yo metí la moneda y se encendió la pantalla, mostrando un video porno en el que una chica blanca chupaba una enorme y venosa polla negra. A cada uno de los lados de mi cabina había una pequeña puertecilla. Abrí la de mi izquierda, que es la que conectaba con la cabina de mi novio. A través del agujero pude verle.
    
    Mi novio ya estaba viendo el porno con la polla en la mano.
    
    Yo acerqué mi cara al agujero y saqué mi lengua. Pude escuchar como mi novio se levantaba de la butaca y se bajaba los pantalones. Un segundo después sentí el tacto de su glande ...
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